Me sumo y llevo tras de él varios años, es más el Sr. Alcalde, es depositario de un escrito mío, pidiendo se le dedique una calle, plaza o lugar donde quede constancia del bien que hizo a nuestros hermanos fraileros. Tal vez no se habrá podido realizar, pero tengo ofrecida protección superior y aún no he tocado tal resorte. Cada vez que subo al cementerio, busco su sitio y le dedico un Padre Nuestro desde lo más profundo de mi ser, es tributo de admiración y agradecimiento a mi casi primer maestro, ... (ver texto completo)