ENTRE PRISAS DE AUTOMOVILES
Madrid se vive con prisas en sus tardes complicadas,
donde no se ven sonrisas ni relucen las miradas.
Tardes que llegan cargadas de caminos infernales,
con sufridas galopadas que nunca serán normales.
No vale buscar atajos ni pensar en soledades,
hablan de grandes trabajos que van buscando verdades.
... (ver texto completo)
Madrid se vive con prisas en sus tardes complicadas,
donde no se ven sonrisas ni relucen las miradas.
Tardes que llegan cargadas de caminos infernales,
con sufridas galopadas que nunca serán normales.
No vale buscar atajos ni pensar en soledades,
hablan de grandes trabajos que van buscando verdades.
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