Echo de menos el paisaje de encinas y la sencillez de la gente de mi pueblo. También la sencillez de vida, austeros y longevos. Me refiero, sobre todo a la gente mayor. Hago especialmente un homenaje particular a las mujeres mayores, casi siempre autosuficientes. Muestran una pobreza digna, mucho más honesta que la que observo en una ciudad más "desarrollada".

He pasado tres dias en mi pueblo. Ha llovido todo el tiempo y la pena es no haber podido pasear por el precioso campo de encinas y alcornoques. Pero me voy contenta: mayo sera esplendido. Y he tenido la posibilidad de ver a mis padres y hermana bien, la calle donde me crie, amigos de la juventud que siguen siendolo,... Hasta pronto.