Sin palabras y completamente avergonzada me he quedado al enterarme del bochornoso espectáculo que tuvo lugar al acabar la romería de San Isidro. ¿Cómo pueden dos vecinas del pueblo protagonizar semejante ataque a unos trabajadores que se estaban ganando la vida honradamente y seguir saliendo siquiera a la puerta de la calle?
Desde aquí mi más absoluta condena a tal actuación y creo que todo el pueblo debería hacer lo mismo, CONDENAR tal ataque, pues si la memoria no me falla, nunca antes había ... (ver texto completo)

Al fin han pasado las elecciones, al fin ha terminado la agresiva y durísima campaña y, aunque los resultados no han sido todo lo buenos que se esperaban, desde el principio sabíamos que no era nada fácil; por eso, quiero felicitaros y agradeceros la ilusión y el esfuerzo que habéis dedicado al proyecto, un proyecto muy complicado, basado en el amor a vuestros pueblos, nuestros pueblos, los pueblos de todos, propios y extraños que alguna vez los han visitado o, simplemente, han oído hablar de ellos.
Todos, ... (ver texto completo)

Quizás muchos no lo sepan, pero este año se cumple el décimo aniversario de la constitución de la Asociación de San Isidro… ¡sí, 10 años ya! Han pasado 10 años desde que un pequeño grupo de vecinos (no más de 20, creo recordar) se reunió para ver el modo de volver a hacer grande su romería, sus fiestas de San Isidro… y sinceramente, creo que no lo han hecho nada mal.
Con apenas medios (sólo las aportaciones de los socios y una subvención anual de la Diputación Provincial), pero con muchas ganas ... (ver texto completo)

Crispacion
Peleas, disputas, lucha, crispación... mire hacia donde mire, eso es lo único que leo; semejantes enfrentándose de manera cruel y despiadada, sin importar el motivo, lo único que importa es atacar al otro, vilipendiarle y humillarle hasta convertirle en escoria humana, despojándole incluso de su esencia como hombre.
Dice Hobbes en su obra maestra "Leviatán" que "el hombre es un lobo para el hombre" y quizás tenga razón pero, ¿por qué? ¿por qué ese ataque alevoso? ¿de dónde nacen la ira y el odio que profesamos hacia los demás? Y lo que es más importante, ¿qué obtenemos a cambio? satisfacción, orgullo, egolatría quizás... son tantas las posibles respuestas como diferentes los sujetos que formamos parte de la sociedad.
En cualquier caso, todos y cada uno de nosotros deberíamos hacer autocrítica y ser conscientes de que ese camino, el del insulto y la descalificación, es ciertamente el camino más fácil, pero no el más valiente. ... (ver texto completo)