RESPIRAR POR LA BOCA QUITA AÑOS DE VIDA:: PÁGINA Nº 3.
¿Te ahogas cuando haces ejercicio?
Pero si hay un momento clave a la hora de controlar la respiración es durante la práctica de ejercicio pues cuando entrenamos el organismo requiere más oxígeno para que los músculos puedan trabajar y esa necesidad extra hace que, si no entrenamos con asiduidad, nos cueste más mantener un ritmo respiratorio que nos permita continuar el ejercicio de forma cómoda.
Por eso Alberto García-Bataller, doctor en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, insiste en la importancia de practicar ejercicio de forma regular. «Cuando mejoramos la condición física, mejoramos la respiración manteniendo la frecuencia respiratoria y aumentando el flujo de aire», precisa.
Comparte esta opinión Ríos quien precisa que la incapacidad de mantener un ritmo respiratorio puede cambiar y evolucionar con un entrenamiento progresivo.
«Cuando nos cansemos debemos parar para recuperar una respiración cómoda y proseguir el esfuerzo.
Es cuestión de práctica y perseverancia», destaca.
Así, cuando realizamos un ejercicio de tipo aeróbico como correr, caminar rápido o montar en bicicleta se recomienda inspirar por la nariz y espirar por la boca, intentando acoplar el ritmo respiratorio al del ejercicio, es decir, sincronizando las zancadas o las pedaladas con nuestra respiración.
Aprender a coordinar los movimientos con la respiración es especialmente importante en el trabajo de fuerza.
En este sentido debemos considerar, como aporta el catedrático de Educación Física, Felipe Isidro, que las condiciones en las que se utiliza la energía durante esta actividad física estarán influidas por la presencia de oxígeno en mayor o menor medida para cubrir las necesidades metabólicas y que además el acto de respirar conlleva la participación de una serie de músculos que puede ser necesario involucrar en su acción agonista (la que genera la fuerza útil para producir el movimiento), lo que implica la necesidad de dotar a esos músculos de un adecuado acondicionamiento.
Igualmente destaca que existe correlación entre la forma de respirar durante el ejercicio y la salud tanto músculo-articular (prevención de lesiones) como cardiovascular.
Duerme con la boca cerrada
Con solo practicar unos 10 minutos al día de respiración consciente (inspirando por la nariz y espirando por la boca) es posible obtener beneficios para la salud física y mental, según afirma Luke Wills.
Sin embargo, el experto insiste en que si no se cuida la respiración durante el sueño ese esfuerzo no servirá para nada. Según recoge el investigador James Nestor en su obra ‘Respira’ más del 60% de las personas suele dormir a diario con la boca abierta, lo que hace un flaco favor a su salud.
Para saber si durante la noche respiramos o no correctamente Wills propone un ejercicio sencillo: taparse la boca con un esparadrapo. «Puede parecer algo horrible o incluso una broma, pero los efectos positivos que aporta el hecho de primar la respiración nasal durante el sueño son sorprendentes», concluye... NAZARIO MATOS..
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