Dedicado a estas madres abnegadas que aún siguen entre nosotros, como la madre de P. Martin. Loa, Maribel, Fraililla, Merche?, y a todas aquellas que murieron, con la tranquilidad de conciencia, de que dieron todo y más, de lo que ellas eran capaces.... Con todo mi cariño y admiración.
Cambian los tiempos y las gentes. Cambia nuestra forma de ver el mundo y de vernos a nosotros mismos. A menudo esos cambios son para bién y nada ha de objetarse a ellos. Otras no del todo.
En este contexto la mujer es sin duda el personaje más prometedor. El que mayor juego dará en el futuro, porque la mujer es cada véz mas dueña de su destino. Bienvenido sea!. Pero mi reconocimiento y admiración se dirige a esas otras mujeres nacidas a principios del siglo pasado, y que tuvieron que desafiár como nadie las penurias de la época, las guerras y la incomprensión de la sociedad a la cual pertenecian. Construyeron familias, sociedades, mundos en torno a su vientre fértil y su voluntad tenáz y generosa. Mantuvieron encendido el fuego que daba calor y vida, y fueron un modelo de mujer, esposa. y madre abnegada. No tenian casi de nada, y fueron "Super Mujeres" en todos los sentidos de la palabra. Cuantos silencios prudentes, cuanto dolor sin queja, cuanta aceptación tan generosa del papel y del tiempo que les habia tocado vivir, no pedian nada y sin embargo, lo daban todo. Actualmente en nuestra sociedad tan avanzada, ese modelo de mujer, esposa y madre abnegada, está en extinción, pero yo no me olvido de todas estas madres, tias, abuelas, que me dieron ejemplo de admirada ternura, no pudieron elegir, y sin embargo supieron estar a la altura moral que ese mundo injusto les exigió.
Mis queridas mujeres de Rasueros, que fuisteis, intachables en la casa, y de sobra intachables fuera de ella. Afrontasteis todo con serena aceptación, siempre erais las primeras en abandonar el lecho y las ultimas en iros a descansar tras haberlo dejado todo en orden. Nadie os superaba en ganas de agradar, vuestras costumbres eran muy saludables, y nunca pensasteis en vosotras mismas porque lo disteis todo por los demás. Vuelen mis besos hacia el cielo donde estarán todas mis queridas mujeres de Rasueros, y a mi madre Ana Maria, ejemplo de virtudes y generosidad, y a quien tanto queria. y a todas estas mujeres que aún y por muchos años, están entre nosotros, un fuerte, fuerte abrazo de reconocimiento y amor. Ignacio
P. D. Merche y Maribel: Siempre se ilumina esta página cuando leemos vuestros escritos.. Ya espero impaciente el siguiente. Bss.
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