Aunque alguien crea que el terror
no es sino el calcetín de la ternura
vuelto al revés,
sus pastos no son esos.
No están ahí los comederos
del terror.
La ternura no existe sino para Onán.
Y nadie es misericordioso
sino consigo mismo.
Nadie es tierno, ni bueno,
ni grandioso en el amor
más que para sus vísceras.
La perra sueña que da su amor al niño,
Goza amamantándolo.
Reino es la soledad de todas las ternuras.
Sólo el terror despierta a los amantes.
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