Desde que tengo uso de razón, recuerdo haber pasado todos los veranos de mi niñez en Yunquera, en casa de mi tía... los recuerdo como lo mejor del mundo, que ilusión terminar el cole y empezar a pedirle a mi madre que me preparar la maleta que yo me iba "al pueblo". Cuando somos niños tendemos a magnificar todo, las cosas, los olores, los sabores, los recuerdos.... no había huevos fritos como los del pueblo, ni pucheros mas ricos, ni melones mas dulces.... y esos olores... cierro los ojos y pienso ... (ver texto completo)