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Mensajes de SOTOBAÑADO Y PRIORATO (Palencia) enviados por Pedro:

¡Hola! dudo si eres el Pedro de la familia Suances, porque me parece un tanto extraño que te leas los correos justo de hace un año, cuando yo pienso que entras más a menudo.
Si eres el de siempre, cuando tengas la oportunidad enséñale a tu madre las fotos tan antiguas que últimamente he metido; a ver si los reconoce a todos, estoy segura que le gustará verlas. ¡Aún me quedan por meter unas cuantas!. Un abrazo para ti y los tuyos.
No Charo, no nos conocemos, accedí de casualidad y me llamó la atención que alguien recordara después de tantos años aquel suceso. Eso es todo.
Un saludo
Buenas tardes PEDRO: ¡Sí señor!, es una bendición que recordemos "nuestras" vivencias. El caso de Laudelina fué algo que sacudio con fuerza en mi tierra. Seguramente lo publicaría "El Promotor". Era una revista de pequeño formato con apenas 32 páginas. Sus principales temas eran: religion, familia, historia, cultura, formación, poesía salud y humor. (Creo que aún se publica).
Partiendo de la base que se enfocó, como se hacía con todo en aquella dura época que nos toco vivir, desde la prespectiva ... (ver texto completo)
Gracias a ti amiga Charo por tu celeridad en responder. Cierto es que los recuerdos de la niñez o adolescencia nos quedan grabados como a fuego, máxime si son tan impactantes como lo fue aquel en su dia. Gracias de nuevo, y un saludo para ti.
Buenas noches ROSA y a todos/as. Leo tu comentario y no puedo dejar de contestarte rápidamente. Por que sí que fué un caso espeluznante que estremeció a toda la comarca. Tambien yo era muy niña, debía de contar con 11-12 añitos. Pero sí lo recuerdo ¡cómo no!.
Se trató de Laudelina Medrano Merino, una jovencita de Valoria de Aguilar, pueblecito cercano a Aguilar en la carretera de Palencia.
Trabajaba en Fontibre, fábrica de galletas hoy desaparecida. Fue el sábado 17 de mayo de 1958, al terminar ... (ver texto completo)
Recuerdo perfectamente este suceso, leído en una revista llamada "El Promotor" que llegaba a casa creo que cada mes. La lectura de tal salvajada me impactó tanto, que aún habiendo pasado tantos años logro recordar algunos párrafos de la redacción de aquella desafortunada noticia. Justo tenía yo nueve años.