Antonio, Que gran crónica, esto debería formar parte de un libro, Tu dices que no te gustaría tenerlo en tu memoria, Pues para mi es una lección de supervivencia, Yo no la borraría, es algo que solo tu puedes contar, Es doloroso, pero seria bueno, que mucha gente la leyera, No por nada en especial, solo para que sepan como se vivía, en los años 50-60-Donde tanta gente fue arrancada de sus raíces, Antonio, yo te doy las gracias por tu gran memoria, y el relato que cuentas, esta lleno de ternura, Felicidades,
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Hola Juan Angel, tienes razón en lo que me dices, siempre es bueno que la gente sepa como se vivia en esos años en los que sucedio lo que cuento, son recuerdos dolorosos de punurias y escases de todo, pero siempre encuentras a persona que sebian paliar los malos ratos como mi vecino Ramón, hizo aquel día metiendome dentro de su pelliza para que no pasara frio, y tambien tienes razón al decir que eso lo tendria que saber mucha gente para que se supiera las deficurtades con las que se vivia, y somos nosotro y nuestro mallores los que tenemos el libro de la historia cotidiana, las cosa que ocurrian cada dia, en cada casa y en cada familia, cosas que nunca se escribiran, pero que si sucedieron anecdotas más o menos tristes y otras mucho más dibertidas, recuerdos que tenemos en la cabeza, que en aquellos tiempos no le dimos la impotancia que en realidad tenia, y ahora que la perpestiba del tiempo en nuestras espaldas sabemos el valor y el significado que en realidad tenian, te boy a contar una anecdota que me ocurrio en un cortijo donde trabajaba (ajustado) como se decia por aquellos tiempos.
En aquellos tiempos, deberia tener 11 o 12 años, y en el cortijo habia un trastorista que era del pueblo del Gobernador, y yo hestaba especialmente delicado, nunca fui un niño fuerte, más bien era un niños enfermizo y muy delicado con las comida, (malos tiempos para ser delicado con las comidas) y alli se comia todos los dias igual, migas de harina por la mañana, puchero al medio dia, y gaspacho de agua con trocitos de pepino y tomate por las noches. No podia Juan con las migas, cada vez que las olia me daban alcadas y tenia que devolver, mi padre que tambien trabajaba en el cortijo, procuraba tener algo sienpre para que comieta algo, pero aquel dia no tenia nada para darme y guardo mi racion para darmela despues si un caso pudiera comermelas, fue entoces cuando el trastorista le dijo a mi padre que queria hablar con el, y yo estaba presente, le digo que les diera las migas a el, mi padre le digo que no, que las migas eran para mi, y el trastorita le dijo, tu darme ami las migas que yo se muy bien lo que tu hijo necesita, a si que darme las migas que hoy tu hijo biene a trabajar conmigo yo se las dare, y mi padre le dio las migas, cual fue mi sorpresa cuando vi que las migas se las estaba dando a las gallinas, y asi las gallinas lo siguieron hasta la cochera donde habia un trastor que le llamabamos el cadenas, porque no tenia ruedas sino cadenas, hecho unas migagas de les migas juste debajo de las cadensa, y arranco el trastor sin poneslo el marcha, y cuanda la gallina metio la cabeza para picotear las migas, metio una marcha y le pillo la cabeza, muriendo la galliba en el acto.
Entoces me dijo coge la gallina y metela en el trastor que hoy vas a comer migas con gallina, hizo un gran hoyo en el suelo y metio las plumas luego hizo un fuego y asó la gallina y cuando ya la tenia preparada me sento a su lado y me dijo come, come hasta que te artes, que tu lo que necesitas no so migas, sino otra clase de comidas.
Al poco tiempo se marcho el trastorista del cortijo, y nunca mas supe de él, creo que se llamaba Juan, en aquellos tiempos me dijo que no dijera nada a nadie, y volvio a repetirse la historia, por lo meno otra vez más.
Cuando te haces mallor sabes el significado que tenia aquellos gestos, y puedes balorarlo muchos más que en el momento, que parece hasta gracioso.
Bueno amigo ya me he enrrollado demasiado. Un saludo amigo y hasta otro rato.
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