….Continuación de la caminata.
Salvado el empinado escollo, casi con la lengua fuera, miro la entrada principal de “El Vergel”: una puerta enrejada de la que cuelgan escritas más advertencias aún sobre los peligros que acechan a los hipotéticos invasores de la propiedad. Aunque yo suelo caminar de noche, sé -porque los he disfrutado- que desde aquí se contemplan atardeceres mu hermosos mirando al Sol por encima del tan reiterado muro de la finca, que -más que guardarla- la encarcela y achica. ... (ver texto completo)
Salvado el empinado escollo, casi con la lengua fuera, miro la entrada principal de “El Vergel”: una puerta enrejada de la que cuelgan escritas más advertencias aún sobre los peligros que acechan a los hipotéticos invasores de la propiedad. Aunque yo suelo caminar de noche, sé -porque los he disfrutado- que desde aquí se contemplan atardeceres mu hermosos mirando al Sol por encima del tan reiterado muro de la finca, que -más que guardarla- la encarcela y achica. ... (ver texto completo)