Hola paisanos; Como veo que siguen mandando historias de San Pelayo, se me viene una a la cabeza. El día de vísperas estábamos preparando la tradicional limonada, el “encargado” de echar el azúcar (no me acuerdo quien era, pues la memoria ya flaquea) lo estaba echando formando una espléndida catarata blanca, de pronto un espontaneo del grupo que estábamos elaborando la dulce e imprescindible bebida (de este sí que me acuerdo quien era, pero voy a obviarlo) no se le ocurre otra cosa que poner la boca
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me acaban de contar esa aventura, y como bien dices "pa´ avernos mataó". El que echo el azúcar muy conocido mío, me comenta que moraó no... lo siguiente, así que ya ves lo que hace el azúcar, engordar no, pero casi matar siii, jajaja, anécdotas sanas de nuestro
pueblo. Continuaremos con las anécdotas, si queréis. Un saludo