SEMBRANDO DATILES. En un oasis perdido en un
rincón del desierto, habia un anciano arrodillado en el suelo junto a unas
palmeras datileras. Al rato, llego uno de sus vecinos, un acaudalado tratante de camellos, que se detuvo a la
sombra a descansar." ¿Que tal, buen hombre, que haces ahi con una pala en la mano y a pleno sol?", le pregunto acercándose a el.
"Estoy sembrando dátiles", respondio el viejo sin dejar de cavar." ¿Datiles? Deja eso para otro y ven a tomar una buena taza de te conmigo",
... (ver texto completo)