He visitado estas vacaciones de Semana Santa nuestro querido Santuario de la Vigen de la Velilla. De nuevo mi corazón se ha quedado desolado y triste: No encuentro la imagen de la Virgen por ninguna parte. Su trono o el trono que tiene preparado, encima del sagrario, se encuentra vacío, oscuro. Mucha cáscara y poco fruto; mucho santuario (turismo-monumento-paisaje) y poca Virgen (devoción mariana-espiritualidad). Llevo varios años, desde mi infancia, visitando estos lugares que amo entrañablemente ... (ver texto completo)