Me acuerdo mucho de cuando venían de fuera a que les enseñáramos las cuevas, los jóvenes que ya las teníamos bastante pisadas y que nos gustaba acompañar a quien ponía la confianza, en nosotros (eramos los expertos) con poco nos conformábamos, una de las visitas creo que eran de Puente Almuhey y nos invitaron a comer con ellos, este día estaba con nosotros un chico que no era del pueblo, pero que se sentía uno mas, lo cierto es que traían de postre una sandía enorme de grande y medio en broma, dice ... (ver texto completo)