En el año 1970 llegué destinado a
Zurbarán y me encontré un
pueblo amable y, sobre todo, unos alumnos a los que fui apreciando en cada curso. Y pasaron 18 años entre vosotros. En el
verano de 1988 regresé a mi
Badajoz natal y aquí sigo, jubilado pero bien de salud.
De vuestro pueblo - que fue mi pueblo- guardo lo imborrable en toda una vida y
que como dijo bien Cecilia os visité hace unos tres años.
Os seguiré escribiendo desde el fondo del corazón.