Pero ahí solo empieza la
historia amigo Eladio, en muchos de los
barrios de alguna de esas grandes ciudades que nombras y cuando sonaban las sirenas de las
fabricas, había igualmente niños jugando, seguramente con una pelota de papel y celo-lo, después de que aquel niño que cuando se enfadaba se “largaba” con aquel balón “reglamentario de cuero” y su costura. Aquellas niñas con las que jugábamos a la comba, la charranca, etc.
Aquellos niños en gran parte hijos de emigrantes seguramente, pero ya
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