Te puedo asegurar que no se trata de dar lecciones de ética a nadie. Son cosas que pienso y, no sé por qué la situación de esos padres me llevó a reflexionar sobre el tema. Pero fíjate lo que comentas sobre Antonio Gómez Romero, a quien desgraciadamente no conocí. Por lo que cuentas, hombre luchador, metido hasta el cuello para defender aquello en lo que creía y, sin embargo, la gente de su pueblo ni fue ni ha sido capaz de reconocer ninguna de sus virtudes pero sí fue capaz de verter veneno sobre ... (ver texto completo)
Que no, maría romero, que lo que te quería decir es que -aparte de lalegría que me da leerte- tu escrito es tan atinao como intenso, y merecía pararse enél; nada de entenderlo dotra manera, dije tratao que no lección, eh!, jajaja.
Lo de Antonio Gómez Romero pa mí, suscribiendo lo de tu escrito anterior, se inscribe dentro de esa maledicencia que sapodera, a veces, de la gente: cuantas veces pregunté porél, otras tantas tuve quescuchar a la hija de la maledicencia, ques la difamación; es curioso quel personal cayera en el mismo estribillo quel núcleo del régimen aquel: "un luchador político, delincuente común". Esta aberración, paradigma de la letanía que reinaba en la época del Difunto, fue el muro que impidió saber la verdad sobre la vida dentrega que llevó "Pincharrata/Papi" en Andalucía, en Madrid, en Cataluña y en Francia; fue generoso pa los demás y malo pa sí mismo, quedémonos ahí, y la vida la consumió a tragos intensos.
Sus escritos están desparramados más en la memoria popular cordobesa que en páginas editadas: cantaores, guitarristas, también actores monologuistas, cantaron y representaron poemas y tetro suyo, todo está mu virgen en este tema y, la verdá, aunque me interesa mucho to lo jabeño, no doy abasto (aunque te parezca mentira, que ya te diré) y no tengo tiempo pa tanto. No obstante pongo a tu disposición un extenso poemario que tengo por gentileza y generosidad de su hermana Felisa, y de Paco Guzmán. Es difícil hacerse con sus escritos, estoy pendiente del Ateneo de Córdoba, a ver qué me dicen, y a los puestos de libros de los anarquistas, por Tirso de Molina y el Rastro, tengo pensado decicarles una mañana.
La coplilla, jajajaja, no tiene nada que entender, es lo que se lee; forma parte -como la que tú pusiste- de la obra "EL PUEBLO ANDALUZ" (Tipos, costumbres y cantares), de Fernán Caballero, José Zorrilla y otros; compilados todos, en este caso, por don José Martín Santiago, y la puse porque venía también a cuento con lo quescribistes, y por estar publicada unos versos antes de la que tú citastes. A mí el flamenco, mencanta.
Un abrazo, maría, ... (ver texto completo)
Lo de Antonio Gómez Romero pa mí, suscribiendo lo de tu escrito anterior, se inscribe dentro de esa maledicencia que sapodera, a veces, de la gente: cuantas veces pregunté porél, otras tantas tuve quescuchar a la hija de la maledicencia, ques la difamación; es curioso quel personal cayera en el mismo estribillo quel núcleo del régimen aquel: "un luchador político, delincuente común". Esta aberración, paradigma de la letanía que reinaba en la época del Difunto, fue el muro que impidió saber la verdad sobre la vida dentrega que llevó "Pincharrata/Papi" en Andalucía, en Madrid, en Cataluña y en Francia; fue generoso pa los demás y malo pa sí mismo, quedémonos ahí, y la vida la consumió a tragos intensos.
Sus escritos están desparramados más en la memoria popular cordobesa que en páginas editadas: cantaores, guitarristas, también actores monologuistas, cantaron y representaron poemas y tetro suyo, todo está mu virgen en este tema y, la verdá, aunque me interesa mucho to lo jabeño, no doy abasto (aunque te parezca mentira, que ya te diré) y no tengo tiempo pa tanto. No obstante pongo a tu disposición un extenso poemario que tengo por gentileza y generosidad de su hermana Felisa, y de Paco Guzmán. Es difícil hacerse con sus escritos, estoy pendiente del Ateneo de Córdoba, a ver qué me dicen, y a los puestos de libros de los anarquistas, por Tirso de Molina y el Rastro, tengo pensado decicarles una mañana.
La coplilla, jajajaja, no tiene nada que entender, es lo que se lee; forma parte -como la que tú pusiste- de la obra "EL PUEBLO ANDALUZ" (Tipos, costumbres y cantares), de Fernán Caballero, José Zorrilla y otros; compilados todos, en este caso, por don José Martín Santiago, y la puse porque venía también a cuento con lo quescribistes, y por estar publicada unos versos antes de la que tú citastes. A mí el flamenco, mencanta.
Un abrazo, maría, ... (ver texto completo)