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Mensajes enviados por noviembre:

¿Crees que tenemos alma? ¿Qué quiere decir alguien cuando afirma que se le ha roto el alma o que hace algo con toda su alma? En el caso de que la tengamos ¿qué relación tiene nuestra alma con nuestro cuerpo? Es muy significativo que hace unos años un libro como el que tienes a la izquierda vendiera muchísimos ejemplares. El título, Más Platón y menos Prozac, lo deja claro: es mejor reflexionar o pensar que tomar fármacos como Prozac, que es un antidepresivo, para sentirnos bien y no deprimirnos. Pero ¿qué decía Platón sobre este tema?

Platón pensó que el hombre es un compuesto de dos realidades muy distintas: el cuerpo y el alma. Por eso se dice que su concepción del hombre es dualista, porque cree que estamos formados por dos realidades. Vamos a ver sus principales características y cómo se relacionan.

•El cuerpo:
Es material, mortal y se corrompe. Es decir, que vamos envejeciendo, que el cuerpo se estropea. Con él, estamos en el mundo sensible. Nuestro cuerpo, según Platón, es un estorbo para el alma, porque a menudo impide la visión de las ideas por parte del alma. Además, el cuerpo arrastra con sus pasiones. Es algo así como una cárcel para el alma.

Expresiones actuales como "hacer lo que me pide el cuerpo" tienen mucho que ver con el pensamiento de Platón. A veces, tenemos ganas de hacer cosas que sabemos, razonando, que no son las que deberíamos hacer. Piensa en actividades como comer en exceso, ser perezosos, etc. En casos extremos, como las adicciones de cualquier tipo, esto se ve más claro. Por ejemplo, las adicciones a sustancias como el alcohol o el tabaco son ejemplos de que el cuerpo puede "pedir" cosas que perjudican a la razón, que no son razonables. O que, como diría Platón, estorban al alma.

El cristianismo heredó de Platón esta concepción negativa del cuerpo. La penitencia cristiana, el ayuno, o algunos de los mandamientos tienen la intención de purificar el alma gracias al castigo del cuerpo, o si no castigo, sí gracias a no acceder a todo lo que puede apetecernos desde el punto de vista físico.
•El alma:
Según Platón, el alma es inmaterial e inmortal, es decir que no es algo físico: no puede verse, tocarse, pesarse... También es inmortal. Está encarcelada y prisionera en el cuerpo. Se divide en tres partes o tendencias: racional, irascible y concupiscible. Con estas tres partes, Platón quiere decir que realizamos tres tipos de actividades con el alma: razonar, tener fortaleza o valor, y tener prudencia o templanza.

También heredó el cristianismo de Platón esta concepción del alma. En el cristianismo, es el alma la que se encuentra con Dios, la que puede conocerlo una vez muerto el cuerpo. ... (ver texto completo)
Lo que contamina al hombre

«Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. [...] Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre».

En el pasaje del Evangelizo de este domingo Jesús corta de raíz la tendencia a dar más importancia a los gestos y a los ritos exteriores que a las disposiciones del corazón, el deseo de aparentar que se es -más que de serlo- bueno. En resumen, la hipocresía y el formalismo.

Pero podemos sacar hoy de esta página del Evangelio una enseñanza de orden no sólo individual, sino también social y colectivo. La distorsión que Jesús denunciaba de dar más importancia a la limpieza exterior que a la pureza del corazón se reproduce hoy a escala mundial. Hay muchísima preocupación por la contaminación exterior y física de la atmósfera, del agua, por el agujero en el ozono; en cambio silencio casi absoluto sobre la contaminación interior y moral. Nos indignamos al ver imágenes de pájaros marinos que salen de aguas contaminadas por manchas de petróleo, cubiertos de alquitrán e incapaces de volar, pero no hacemos lo mismo por nuestros niños, precozmente viciados y apagados a causa del manto de malicia que ya se extiende sobre cada aspecto de la vida.

Que quede bien claro: no se trata de oponer entre sí los dos tipos de contaminación. La lucha contra la contaminación física y el cuidado de la higiene es una señal de progreso y de civilización al que no se puede renunciar a ningún precio. Jesús no dijo, en aquella ocasión, que no había que lavarse las manos o los jarros y todo lo demás; dijo que esto, por sí solo, no basta; no va a la raíz del mal.

Jesús lanza entonces el programa de una ecología del corazón. Tomemos alguna de las cosas «contaminantes» enumeradas por Jesús, la calumnia con el vicio a ella emparentado de decir maldades a costa del prójimo. ¿Queremos hacer de verdad una labor de saneamiento del corazón? Emprendamos un lucha sin cuartel contra nuestra costumbre de descender a los chismes, de hacer críticas, de participar en murmuraciones contra personas ausentes, de lanzar juicios a la ligera. Esto es un veneno dificilísimo de neutralizar, una vez difundido.

Una vez una mujer fue a confesarse con San Felipe Neri acusándose de haber hablado mal de algunas personas. El santo la absolvió, pero le puso una extraña penitencia. Le dijo que fuera a casa, tomara una gallina y volviera adonde él desplumándola poco a poco a lo largo del camino. Cuando estuvo de nuevo ante él, le dijo: «Ahora vuelve a casa y recoge una por una las plumas que has dejado caer cuando venías hacia aquí». « ¡Imposible! –exclamó la mujer–. Entretanto el viento las ha dispersado en todas direcciones». Es ahí donde quería llegar San Felipe. «Ya ves –le dijo– como es imposible recoger las plumas una vez que se las ha llevado el viento; igualmente es imposible retirar las murmuraciones y calumnias una vez que han salido de la boca».

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La Verdadera Pureza
En el Salmo 24, que formaba parte de la liturgia de entrada en el Santuario de Jerusalén, se dice: ¿Quién subirá al monte de Yahvé y quién permanecerá en su lugar santo? El hombre de manos inocentes, de corazón puro.... La pureza de corazón aparece como una condición para acercarse a Dios, para participar en su culto y ver su rostro. Pero los fariseos se habían quedado en lo exterior, incluso habían aumentado los ritos y su importancia, mientras descuidaban lo fundamental: la limpieza del corazón, de la cual todo lo externo era una señal y un símbolo.

La impureza no solo se refiere al desorden de la sensualidad, aunque este desorden –es decir, la lujuria– deje una huella profunda, sino también al deseo inmoderado de bienes materiales, a la actitud que lleva a ver a los demás con malos ojos, con torcida intención, a la envidia, al rencor, a la inclinación egocéntrica de pensar en uno mismo con olvido de los demás, a la abulia interior, causa de ensueños y fantasías que impiden la presencia de Dios y un trabajo intenso... Las obras externas quedan marcadas por lo que hay en el corazón. ¡Cuántas faltas externas de caridad tienen su origen en susceptibilidades o en rencores depositados en el fondo del alma, y que debieron cortarse nada más aparecer! ... (ver texto completo)
Hoy me quiero centrar en la acción que el Espíritu Santo realiza en la guía de la Iglesia y de cada uno de nosotros a la Verdad. Jesús mismo dice a sus discípulos: el Espíritu Santo "les guiará en toda la verdad" (Jn. 16,13), siendo él mismo "el Espíritu de la Verdad" (cf. Jn 14,17; 15,26; 16,13).

Vivimos en una época en la que se es más bien escéptico con respecto a la verdad. Benedicto XVI ha hablado muchas veces de relativismo, es decir, la tendencia a creer que no hay nada definitivo, y a ... (ver texto completo)
Una multitud de fervientes católicos acude estos días al centro de West New York, una localidad de Nueva Jersey (este de Estados Unidos), para ver el árbol donde algunos dicen haber sido testigos de la aparición milagrosa de la Virgen María.
Varias decenas de personas se congregaban en torno a un pequeño árbol Ginkgo biloba el martes, orando, tomando fotos y contando historias de lo que consideran un milagro.
West New York, situada sobre el río Hudson, que la separa de Manhattan, es más conocida ... (ver texto completo)
La Inauguración es una «puesta de largo» ante un público global y un mensaje al mundo entero, que espera el «tono» del nuevo Papa
El estilo de un Pontificado lo revela la Misa de Inauguración, la primera ceremonia que integra liturgia, una homilía «programática», presencia de líderes de otras religiones y un protocolo diplomático de alto nivel con numerosos jefes de Estado y de gobierno en las 132 delegaciones extranjeras. La Inauguración es una «puesta de largo» ante un público global y un mensaje ... (ver texto completo)
Nuntio vobis gaudium magnum, HABEMUS PAPAM: Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, Dominum JORGE MARIO, Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem BERGOGLIO, qui sibi nomen imposuit FRANCISCO I.
Os anuncio a vosotros un gran motivo de alegría, TENEMOS PAPA: el eminentísimo y reverendísimo Don, Don JORGE MARIO, Cardenal de la Santa Romana Iglesia BERGOGLIO, quien se impuso a sí mismo el nombre de FRANCISCO I.
Francisco I, nacido Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires (Argentina), el 17 de diciembre ... (ver texto completo)
Estamos de Enhorabuena los 1200 millones de catolicos en el mundo. El primer papa jesuita, el primer papa hispanoamericano y el primer papa que se hace llamar francisco I
Los 1.200 millones de católicos que se cuentan en el mundo siguen sin Papa. Sobre el tejado de la Capilla Sixtina se ha elevado nuevamente hoy, a las 11.40 horas, una columna de humo negro, la segunda después de la que hubo ayer tras el primer escrutinio de este Cónclave. El espeso humo negro que la chimenea ha vuelto a escupir significa que en ninguna de las dos votaciones que han tenido lugar esta mañana, una inmediatamente detrás de la otra, nadie ha obtenido los 77 votos necesarios como mínimo ... (ver texto completo)
El resultado de la segunda y tercera votación de este Cónclave es fumata negra, lo que significa que ningún candidato ha conseguido los 77 votos necesarios para convertirse en el sucesor de Benedicto XVI.

Si los cardenales, que volverán a pronunciarse después de comer, eligen a uno de sus pares como Papa, habrá fumata blanca entre las 17.30 y las 18 horas. Si se tiene que llegar a la cuarta votación del día, la fumata, tanto blanca como negra, será a las 19 horas.

La legendaria discreción de ... (ver texto completo)
La Arquidiócesis Primada de México reconoció que ha habido errores en el manejo de los casos de pederastia al interior de la Iglesia católica por parte de algunas autoridades eclesiásticas, pero no complicidad con un delito que avergüenza y preocupa a la institución.

En un artículo publicado en el semanario católico Desde la fe, órgano de información de la Arquidiócesis, el presbítero Mario Ángel Flores Ramos dice que, ante la evidencia de los abusos de sacerdotes a menores, no puede minimizarse ... (ver texto completo)
Un mes y un día después de que Benedicto XVI sorprendiera a la Iglesia y al mundo anunciando su renuncia al pontificado, los 115 cardenales con menos de ochenta años se encerrarán esta tarde en la Capilla Sixtina para elegir a su sucesor. La primera fumata del segundo cónclave del milenio podrá verse aproximadamente a las 20 horas. Será casi con toda seguridad negra, pues la votación inicial es de tanteo: sirve a los purpurados para saber cuáles son los favoritos que tienen más posibilidades y para ... (ver texto completo)
La causas personales de la dimisión (dimittere, renuncia a la misión) están claras. Pero, ¿por qué no se abandonó el Papa a la voluntad de Dios, como hizo su antecesor? Los disgustos, las intrigas, las traiciones, las envidias, sin contar los errores, son normales cuando se ocupa cierta posición; y lo mismo en este caso en relación con la división interna del clero y los fieles. El Papa sería un irresponsable si fuera eso lo que ha movido su gran decisión: un Papa no puede renunciar a su missio por desengaños, desilusiones, fracasos o hastío y ni el teólogo Ratzinger ni el Papa Benedicto son unos irresponsables. Su decisión es propia de situaciones excepcionales.

Pierre Chaunu dijo hace tiempo, que al morir Pío XII comenzó el derrumbamiento de la Iglesia católica. Y los diques que puso el Concilio no han podido represar las olas del mar de fondo que le precedió. Ecclessia semper reformanda: el Pueblo de Dios está siempre en camino y son corrientes las crisis después de un Concilio. Pero la del Vaticano II ha sido excepcional.

Eterna lucha

Juan Pablo II tuvo que dedicar sus energías a encauzar el rumbo de la nave de Pedro y Ratzinger reasentó y clarificó la teología. Su misión está cumplida, pero le faltan fuerzas y tiempo para acometer la gran tarea que, objetivamente, le espera a su inmediato sucesor. Pues, tal como están las cosas, es previsible una nueva fase sumamente intensa de la eterna lucha de las Investiduras entre la auctoritas de la Iglesia y las potestades temporales.

Mientras la Iglesia se expande en otros continentes, está en franco retroceso en el mundo cristiano. Las deserciones y las apostasías -que afectan con mayor intensidad al cristianismo protestante-, no son ahora recaídas a las que siguen revivals, al estar apoyadas e incitadas por los poderes políticos culturalmente cristianos: ¿cuantos gobiernos aceptan o practican sin reservas los cuatro principios mínimos proclamados como irrenunciables por Benedicto XVI? Los gobiernos se han hecho adalides de la revolución legal en curso, de trasfondo nihilista, para cambiar la cultura y la civilización informadas por el cristianismo y han hecho suya la “cuestión antropológica” (Benedicto XVI), una de cuyas formas concretas es la extendida “cultura de la muerte” (Juan Pablo II).

En el fondo, se trata de una cuestión teológica, pues el motor de esa gran revolución legal-cultural es la vieja herejía de la apocatástasis, según la cual tendrá lugar la reconciliación final de todas las cosas antes de la parousía, la segunda venida de Cristo, pues el hombre es capaz de instaurar con sus propias fuerzas el Reino de Dios en la tierra. Fortalecida por el éxito de la ciencia y la técnica, es la madre de las ideologías y bioideologías “progresistas”, que operan como religiones políticas. Condenada por el Vaticano II, es sin duda la causa principal de las divisiones internas de la Iglesia, de la crisis del clero, de la crisis de fe, de la apostasía de las masas, e, indiscutiblemente, de la actitud de los poderes públicos frente a la religión cristiana y la Iglesia.

Amorales y mediocres

Las ideologías se afirmaron en torno a la “cuestión social”, de difícil solución, dado que todo Gobierno es oligárquico, prometiendo la salvación en este mundo. Pero asentado el Estado de Bienestar, del que se esperaban grandes cosas, la revolución culturalista de mayo de 1968, coincidente con el final del Vaticano II (1962-1965), planteó la “cuestión antropológica”. Sus partidarios aspiran mucho más radicalmente a crear una nueva cultura y una nueva civilización mediante la transformación de la naturaleza humana, y las disputas al respecto se han convertido por su intensidad en el tema político principal. A ello se une el reverdecimiento de la cuestión social, siendo previsible que las amorales y mediocres oligarquías gobernantes intensifiquen la cuestión antropológica para desviar la atención de sus fracasos y consolidar su posición presentándose como liberadoras de prejuicios ancestrales.

La civilización occidental, esencialmente cristiana, es una hechura de la Iglesia, Gravemente amenazada por la política, está en una encrucijada. Sería comprensible que, ante la perspectiva de una confrontación abierta y larga con los poderes públicos, haya pensado prudentemente el Papa, que sea su sucesor quien afronte -tal vez no- el previsible Kulturkampf o lucha por la cultura y la civilización en torno a la auctoritas.

La prudencia es la virtud política por excelencia. La Iglesia, comunidad espiritual (communio) formada por los fieles en torno a Cristo, no es política ni antipolítica. Sin embargo, como contramundo en el mundo es, velis nolis, la más política de todas las instituciones. ... (ver texto completo)
juan vicente boo abc_es / madrid Día 12/02/2013 - 11.36hTemas relacionados
Esquiador, filósofo, poeta, místico y actor, el «Papa viajero» recorrió todo el mundo llevando la palabra del Evangelio. «No tengáis miedo», fueron sus primeras palabras, al asomarse al balcón de San Pedro tras ser designado Pontífice. Él jamás lo tuvo

archivo abc. El Papa Juan Pablo II «Yo también soy de Galicia», bromeó Juan Pablo II en su primer viaje de 1982 a Santiago de Compostela, donde invitó a la «vieja Europa» ... (ver texto completo)
Queridos hermanos y hermanas, después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela que el Señor sepa trabajar con instrumentos insuficientes y me entrego a vuestras oraciones. En la alegría del Señor y con su ayuda permanente trabajaremos, y con María, su madre, que está de nuestra parte». Eran las primeras palabras de Joseph Ratzinger como Benedicto XVI el 19 de abril de 2005. El reputado teólogo iniciaba así el Pontificado al que ahora renuncia a los 85 años por su «edad avanzada».

Nacido el 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn, un pueblecito de Baviera, era hijo de un gendarme del Estado Libre de Baviera y de una acreditada cocinera cuya familia provenía del Sud Tirol. Joseph Razinger descubrió su vocación de modo natural, siguiendo los pasos de su hermano Georg. La Segunda Guerra Mundial le arrancó del seminario. Se vio obligado a servir con solo 16 años en la artillería antiaérea y asistió en primera fila a la sistemática destrucción de Múnich en bombardeos. Quien ha visto caer bombas a toneladas ya no se asusta de nada el resto de su vida.

Aunque se expuso a ser fusilado, Joseph desertó y regresó a su pueblo. Arrestado por soldados americanos e internado en un campo de concentración con miles de soldados alemanes, el joven Ratzinger escribía poemas en hexámetros griegos, el verso de Homero. Desde su juventud había leído en griego las cartas de Pablo, los cuatro Evangelios y los Hechos de los Apóstoles. Había estudiado hebreo y se había familiarizado con el universo mental de la Biblia judía, en cuyas claves se expresaba Jesús de Nazaret.

Para Joseph Ratzinger, el día más importante de su vida fue el de su ordenación sacerdotal y el momento crucial de cada día es el de la misa, que celebra temprano.

Su carácter se formó durante veinte años como profesor en las universidades públicas de Bonn, Münster, Tubinga y Regensburg. En aquella época fue también asesor del Concilio Vaticano II (1962-1965), lo que le permitió trabajar en Roma y conocer personalmente a los grandes teólogos del momento. Su primer liro, la extraordinaria «Introducción al Cristianismo», se convirtió en «best seller», el primero de una larga lisa que le habría hecho millonario si no hubiese regalado las ganancias.

Desde las aulas pasó en 1977 a ser nombrado por Pablo VI arzobispo de Münich hasta que en 1981 Juan Pablo II le llamó a Roma para dirigir la Congregación para la Doctrina de la Fe y se convirtió poco a poco en su principal colaborador. Durante casi un cuarto de siglo, el prefecto fue a la vez, investigador, teólogo y escritor.

Ratzinger llegó a agotar sus fuerzas ejerciendo como decano del Colegio Cardenalicio durante la enfermedad de Juan Pablo II, las exequias y la preparación del Cónclave de abril del 2005. Estaba seguro de que allí terminaría su servicio al Vaticano, pero en la Capilla Sixtina le esperaba la mayor sorpresa de su vida. Su elección fue un «shock». Por fortuna los médicos lograron frenar su ritmo bajo la amenaza de que «o descansa haciendo pausas amplias en cada jornada o sencillamente, morirá». Tuvo que aprender a descansar.

Joseph Ratzinger llegó a la cátedra de Pedro en 2005 sin un programa de gobierno, pero con una lección que impartir al mundo. La «fumata blanca» le pilló con un gran libro pendiente de escribir sobre el tema más importante. Solo podía dedicarle los pocos ratos libres de la agenda de un Papa y por eso tardó siete años en completar «Jesús de Nazaret».

Sus encíclicas «Dios es amor» (2005), «Salvador por la esperanza» (2007) y «Caridad en la verdad» (2009) también fueron flechas dirigidas a la diana de lo esencial. No ha tenido interés en ser un Papa gobernante, sino un Papa catequista, profesor. ... (ver texto completo)
Sellar el apartamento
Aunque no corre prisa, el cardenal Tarcisiso Bertone tenía previsto ayer a las ocho de la noche sellar el apartamento pontificio y el ascensor de acceso simplemente para cumplir con los trámites previstos. La anulación del anillo del Pescador no será inmediato sino que se hará cuando lo decida el Colegio Cardenalicio, presidido por su decano el italiano Ángelo Sodano en las Reuniones Generales.

Estos encuentros en los que participan los cardenales electores y no electores ... (ver texto completo)
El ayudante de cámara
Desde las ocho de la noche de ayer este salesiano práctico y optimista es uno de los tres responsables del gobierno del Vaticano mientras dure la «Sede Vacante». Se encarga sobre todo de las cuestiones logísticas ayudado por el vicecamarlengo Pier Luigi Celata. El «camarlengo» es la versión vaticana del «kamerling», ayudante de cámara de los reyes francos, que custodia los bienes durante la transición.

La maquinaria del Vaticano, en servicios mínimos, está en manos del vicesecretario ... (ver texto completo)
En muchas novelas sobre intrigas vaticanas, el camarlengo es como el mayordomo, es decir, el principal sospechoso de complots e incluso de asesinatos en la ficción más populachera. El cardenal Tarcisio Bertone, en cambio, es una persona afable y sonriente. Es el típico salesiano práctico y optimista, que presta más atención a las personas que a los reglamentos. Y el fútbol le apasiona mucho más que las intrigas. Durante muchos años, Bertone fue el «número dos» del cardenal Ratzinger en la Congregación ... (ver texto completo)
1 - Sé que no te vas, no nos abandonas, un padre nunca abandona a sus hijos, cada día hablaré contigo por la oración hasta que nos reunamos en la casa del padre eterno.
2 - Agradezco todas sus enseñanzas durante el período de su papado, especialmente el maravillo año de la fe que nos ha regalado y que estamos viviendo, sepa que nunca lo olvidaré.
3.- Gracias a Dios, Santo Padre, por toda su ejemplar entrega, por tanta luz transmitida, por su guía certera y directa para mi vida.
4.- Su Santidad, ... (ver texto completo)
Llamamos "ayuno" a la privación voluntaria de comida durante algún tiempo por motivo religioso, como acto de culto ante Dios.
En la Biblia el ayuno puede ser señal de penitencia, expiación de los pecados, oración intensa o voluntad firme de conseguir algo. Otras veces, como en los cuarenta días de Moisés en el monte o de Elías en el desierto o de Jesús antes de empezar su misión, subraya la preparación intensa para un acontecimiento importante.
El ayuno es símbolo y expresión de una renuncia a ... (ver texto completo)
3. El lazo indisoluble entre fe y caridad
A la luz de cuanto hemos dicho, resulta claro que nunca podemos separar, o incluso oponer, fe y caridad. Estas dos virtudes teologales están íntimamente unidas por lo que es equivocado ver en ellas un contraste o una «dialéctica».
Por un lado, en efecto, representa una limitación la actitud de quien hace fuerte hincapié en la prioridad y el carácter decisivo de la fe, subestimando y casi despreciando las obras concretas de caridad y reduciéndolas a un humanitarismo genérico. Por otro, sin embargo, también es limitado sostener una supremacía exagerada de la caridad y de su laboriosidad, pensando que las obras puedan sustituir a la fe. Para una vida espiritual sana es necesario rehuir tanto el fideísmo como el activismo moralista.
La existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de éste, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios.
En la Sagrada Escritura vemos que el celo de los apóstoles en el anuncio del Evangelio que suscita la fe está estrechamente vinculado a la solicitud caritativa respecto al servicio de los pobres (cf. Hch 6,1-4). En la Iglesia, contemplación y acción, simbolizadas de alguna manera por las figuras evangélicas de las hermanas Marta y María, deben coexistir e integrarse (cf. Le 10,38-42).
La prioridad corresponde siempre a la relación con Dios y el verdadero compartir evangélico debe estar arraigado en la fe (cf. Audiencia general 25 abril 2012). A veces, de hecho, se tiene la tendencia a reducir el término «caridad» a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria.
En cambio, es importante recordar que la mayor obra de caridad es precisamente la evangelización, es decir, el «servicio de la Palabra». Ninguna acción es más benéfica y, por tanto, caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra de Dios, hacerle partícipe de la Buena Nueva del Evangelio, introducirlo en la relación con Dios: la evangelización es la promoción más alta e integral de la persona humana.
Como escribe el siervo de Dios el Papa Pablo VI en la Encíclica Populorum progressio, es el anuncio de Cristo el primer y principal factor de desarrollo (cf. n. 16). La verdad originaria del amor de Dios por nosotros, vivida y anunciada, abre nuestra existencia a aceptar este amor haciendo posible el desarrollo integral de la humanidad y de cada hombre (cf. Cantas en veritate, 8).
En definitiva, todo parte del amor y tiende al amor. Conocemos el amor gratuito de Dios mediante el anuncio del Evangelio. Si lo acogemos con fe, recibimos el primer contacto –indispensable– con lo divino, capaz de hacernos «enamorar del Amor», para después vivir y crecer en este Amor y comunicarlo con alegría a los demás.
A propósito de la relación entre fe y obras de caridad, unas palabras de la Carta de San Pablo a los Efesios resumen quizá muy bien su correlación: «Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos» (2,8-10).
Aquí se percibe que toda la iniciativa salvífica viene de Dios, de su gracia, de su perdón acogido en la fe; pero esta iniciativa, lejos de limitar nuestra libertad y nuestra responsabilidad, más bien hace que sean auténticas y las orienta hacia las obras de la caridad.
Éstas no son principalmente fruto del esfuerzo humano, del cual gloriarse, sino que nacen de la fe, brotan de la gracia que Dios concede abundantemente. Una fe sin obras es como un árbol sin frutos: estas dos virtudes se necesitan recíprocamente.
La Cuaresma, con las tradicionales indicaciones para la vida cristiana, nos invita precisamente a alimentar la fe a través de una escucha más atenta y prolongada de la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos y, al mismo tiempo, a crecer en la caridad, en el amor a Dios y al prójimo, también a través de las indicaciones concretas del ayuno, de la penitencia y de la limosna.
4. Prioridad de la fe, primado de la caridad
Como todo don de Dios, fe y caridad se atribuyen a la acción del único Espíritu Santo (cf. 1 Co 13), ese Espíritu que grita en nosotros « ¡Abbá, Padre!» (Ga 4,6), y que nos hace decir « ¡Jesús es el Señor!» (1 Co 12,3) y « ¡Maranatha!» (1 Co 16,22; Ap 22,20).
La fe, don y respuesta, nos da a conocer la verdad de Cristo como Amor encarnado y crucificado, adhesión plena y perfecta a la voluntad del Padre e infinita misericordia divina para con el prójimo; la fe graba en el corazón y la mente la firme convicción de que precisamente este Amor es la única realidad que vence el mal y la muerte. La fe nos invita a mirar hacia el futuro con la virtud de la esperanza, esperando confiadamente que la victoria del amor de Cristo alcance su plenitud.
Por su parte, la caridad nos hace entrar en el amor de Dios que se manifiesta en Cristo, nos hace adherir de modo personal y existencial a la entrega total y sin reservas de Jesús al Padre y a sus hermanos. Infundiendo en nosotros la caridad, el Espíritu Santo nos hace partícipes de la abnegación propia de Jesús: filial para con Dios y fraterna para con todo hombre (cf. Rm 5,5).
La relación entre estas dos virtudes es análoga a la que existe entre dos sacramentos fundamentales de la Iglesia: el bautismo y la Eucaristía. El bautismo (sacramentum fidei) precede a la Eucaristía (sacramentum caritatis), pero está orientado a ella, que constituye la plenitud del camino cristiano.
Análogamente, la fe precede a la caridad, pero se revela germina sólo si culmina en ella. Todo parte de la humilde aceptación de la fe («saber que Dios nos ama»), pero debe llegar a la verdad de la caridad («saber amar a Dios y al prójimo»), que permanece para siempre, como cumplimiento de todas las virtudes (cf. 1 Co 13,13).
Queridos hermanos y hermanas, en este tiempo de Cuaresma, durante el cual nos preparamos a celebrar el acontecimiento de la cruz y la resurrección, mediante el cual el amor de Dios redimió al mundo e iluminó la historia, os deseo a todos que viváis este tiempo precioso reavivando la fe en Jesucristo, para entrar en su mismo torrente de amor por el Padre y por cada hermano y hermana que encontramos en nuestra vida. Por esto, elevo mi oración a Dios, a la vez que invoco sobre cada uno y cada comunidad la Bendición del Señor.
Vaticano, 15 de octubre de 2012 ... (ver texto completo)
«Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4, 16)
Queridos hermanos y hermanas:
La celebración de la Cuaresma, en el marco del Año de la Fe, nos ofrece una ocasión preciosa para meditar sobre la relación entre fe y caridad: entre creer en Dios, el Dios de Jesucristo, y el amor, que es fruto de la acción del Espíritu Santo y nos guía por un camino de entrega a Dios y a los demás.
1. La fe como respuesta al amor de Dios
En mi primera Encíclica expuse ya algunos elementos ... (ver texto completo)
Audiencia Papa
Además de actualizar las reglas del Cónclave, Benedicto XVI ha establecido también, en la recta final de su Pontificado, el protocolo posterior a la renuncia de los Papas. Todos los deberes quedan hechos. Las maletas están casi listas y solo quedan las despedidas a lo largo del miércoles y el jueves.
Los cuatro títulos oficiales correctos para dirigirse a Joseph Ratzinger a partir del uno de marzo son «Benedicto XVI», «Su Santidad», «Papa emérito» y «Romano Pontífice emérito». ... (ver texto completo)
Hoy es el último día del papado de Benedicto XVI, quien abandonará el Vaticano a las cinco de la tarde hora de Roma (16.00 GMT), tres horas antes de que sea firme su renuncia al Pontificado y comience la Sede Vacante.
Antes de abandonar el Palacio Apostólico, Benedicto XVI se despedirá a media mañana de los cardenales que así lo deseen en la monumental Sala Clementina.
Está previsto que el cardenal decano, Angelo Sodano, le dirija unas palabras. El papa hablará con todos los purpurados, pero de ... (ver texto completo)
Durante este tiempo especial de purificación, contamos con una serie de medios concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la dinámica cuaresmal.

Ante todo, la vida de oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, si el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).

Asimismo, ... (ver texto completo)
¿QUE ES LA CUARESMA?
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ... (ver texto completo)
Ante los ataques recibidos en este foro a los catolicos hagamos algunas reflesiones sobre el tiempo de cuaresma que estamos viviendo