Rebaja tu factura AQUÍ
        

Mensajes de OCAÑA (Toledo) enviados por noviembre:

PRESBÍTERO INOCENCIO DE LA INMACULADA (MANUEL CANOURA ARNAU), nació en el Valle del Oro, provincia de Mondoñedo, el 10 de marzo de 1887. Ingresó en la Congregación de los Pasionistas a la edad de 14 años. Recibió el Subdiaconado en Mieres en 1910 y el Diaconado en junio de 1912. El 20 de septiembre de 1920 fue ordenado sacerdote. Desde entonces empezó para este Padre instruido y celoso, una vida de intenso apostolado sacerdotal, en el que cabe resaltar su dedicación a la enseñanza de la filosofía, ... (ver texto completo)
Hno. JULIÁN ALFREDO (VILFRIDO FERNÁNDEZ ZAPICO), nació en Cifuentes de Rueda, provincia de León, el 24 de diciembre de 1903. Los buenos consejos de sus padres y la influencia de un tío sacerdote con el cual fue obligado a vivir durante algún tiempo después de la muerte prematura de su madre, hacen crecer su piedad natural y lo inclinan muy joven a la vida religiosa. A los 17 años ingresa en el noviciado de los Capuchinos de Salamanca. Pero a causa de una inesperada enfermedad regresa a su casa. Tiene ... (ver texto completo)
INFLUENCIA DEL INTERNET EN LA POLITICA
El internet también ha tenido sus influencias en el ámbito político; día tras día la política ha reflejado cambios y de hecho, seguirá cambiando en un futuro pues con la fuerza que ha tomado el internet ha logrado revolucionar lo que hasta hoy conocemos como política.
Se puede ver una tendencia hacia la transformación de Internet como una herramienta fundamental a la hora hacer política, razón por la que todas las campañas políticas realizadas en los últimos años, han recurrido de gran forma al uso de la red, para conseguir así una mayor efectividad en la entrega del mensaje a los votantes.
Algunas de las causales por las que el mundo de la política se ha visto seducido por esta nueva herramienta comunicacional son el bajo costo que representa, el funcionamiento constante (24 horas al día, todo el año) y la gran cantidad de gente que le utiliza.
Habiendo un universo mayor a las 400 millones de personas que actualmente utilizan Internet, la publicidad y los negocios no son el único sector interesado en participar de esta gran oportunidad, pues la política también quiere lo suyo y pretende marcar un cambio aún mayor de lo que fue la llegada de la televisión, la que no tuvo en su momento la explotación adecuada, a diferencia de lo que ocurre hoy con Internet que sí posee una gran capacidad técnica y humana disponible para sacarle provecho. Se ha resumido la implementación de Internet en la política de distintas maneras, sin embargo una de las mejores formas de verlo es a través de tres puntos fundamentales, a saber:
· Aumentar la información política a los ciudadanos, por medio de la incorporación de nuevos canales, para que de esa forma la reflexión que hagan los ciudadanos se amplíe a temas aún más diversos y complejos
· Aumentar la calidad de la información que llega a todo un país con absoluta prescindencia de las barreras geográficas que pueda tener un país, así como también de las climatológicas, pues con la red se pueden obviar todas estas sin ninguna dificultad
· Mejorar la toma de decisiones gracias a la creación de distintas instancias para que la ciudadanía participe de un debate conjunto de tipo transparente, restándole fuerza a los llamados "grupos de presión"
Por todo lo anterior, se aconseja que el uso de Internet no obedezca simplemente a la oportunidad de publicitar de mejor forma una campaña, sino también, y principalmente, para impedir la intermediación de ciertos grupos y/o medios especializados en la toma de decisiones, asegurando con ello un cambio legislativo positivo en el sistema democrático en el que se aplique el uso de Internet. ... (ver texto completo)
El criterio amigo-enemigo, planteado por Schmitt como una expresión de la necesidad de diferenciación, conlleva un sentido de afirmación de sí mismo (nosotros), frente al otro (ellos). Así pues, es posible observar el contenido positivo de la relación amigo-enemigo como conciencia de la igualdad y de la otredad, la cual se define marcando al grupo entre los que se distinguen de los otros con base en ciertos referentes. La diferencia nosotros-ellos establece un principio de oposición y complementariedad. ... (ver texto completo)
Mientras los animales inferiores están en el mundo, el hombre trata de entenderlo;, y, sobre la base de su inteligencia imperfecta pero perfectible del mundo, el hombre intenta enseñorearse de él para hacerlo más confortable. Es por esto que a lo largo de la historia del pensamiento humano tanto en oriente como en occidente se ha construido un camino que ha llevado a la humanidad a encontrarse progresivamente con la verdad y confortarse con ella. Este camino se ha desarrollado dentro del horizonte ... (ver texto completo)
Podemos, lógicamente, reducir los tres factores de desnaturalización del estado, anteriormente mencionados, a un solo eje fundamental: la conducta. Según el diccionario de la lengua española, conducta, entre otras acepciones, es la manera con que los hombres gobiernan su vida y rigen sus acciones. Como ya sabemos, el hombre es un ser libre, capaz de autodeterminarse y que actúa según una elección. También dijimos que la ética esta compuesta por la moral, el derecho y los convencionalismos sociales.
Por lo tanto una conducta será éticamente positiva siempre que el hombre encamine su vida conforme a las costumbres sociales y normas jurídicas vigentes, y cuyos principios morales, que por naturaleza indican qué es lo bueno, no queden sólo en el campo de la abstracción o el conocimiento, sino que los concrete mediante su observancia. En resumen, será una conducta acorde a la ética aquella conducta virtuosa. La virtud es la disposición constante del alma a conducirse de acuerdo al bien y a evitar rigurosamente el mal. Las virtudes que hacen ética a una conducta, y que son además indispensables en un estado democrático, son las siguientes:
• Austeridad: consiste en llevar una vida modesta y de probada honradez.
• Veracidad: virtud que nos conduce siempre a manifestar lo que creemos o pensamos.
• Lealtad: nos obliga a ser fieles y rigurosos en el cumplimiento de los compromisos y obligaciones, en la correspondencia de afectos, etc.
• Tolerancia: respeto y consideración de las opiniones ajenas. No es aprobar el error, sino simplemente, la capacidad de convivir con lo diferente.
• Espíritu de Trabajo: Inclinación a realizar con entusiasmo y eficacia los labores que se emprenden.
• Perseverancia: firmeza en los propósitos o en la prosecución de algo que se ha comenzado.
• Caridad o Fraternidad: consiste en considerar a nuestros semejantes como hermanos. Es el amor al otro que se manifiesta mediante acciones de beneficencia y benevolencia.
• Patriotismo: vínculo espiritual que nos une a la patria incondicionalmente. Se manifiesta sirviendo con amor y abnegación, alentando los ideales de la nación, reverenciando sus glorias, amando su tradición y respetando sus símbolos.
• Abnegación: es un sentimiento que nos mueve a dejar de lado nuestros propios afectos o intereses en servicio de la patria, para el bien de la comunidad en general, para el bien del otro.
Es fácilmente entendible entonces que los tres factores de desnaturalización del estado tienen su semilla o su fundamento en una conducta éticamente negativa: en el materialismo, en la mentira, la deslealtad, la intolerancia, el egoísmo, en la carencia de patriotismo, etc.
Válida es la ocasión de mencionar, sin entrar en detalles, lo que la Unión Cívica Radical mantiene doctrinalmente como filosofía de conducta. El radicalismo cree que el fin no justifica los medios, y que los altos fines sólo se alcanzan cuando los medios son adecuados a su altura. Colócanse así los medios en el plano del deber constante e inmediato, y surge la filosofía realmente creadora de conducta, que es unidad e interacción entre el esfuerzo moral-personal y el político o social que lo incluye. Esta filosofía radical de la conducta es la única que podrá reintegrar al hombre-espíritu y salvar a la humanidad del posible desastre de los siglos.
Krause, filósofo de gran influencia sobre la doctrina radical, sostenía que la ley moral lleva implícita la libertad y el orden, siendo su máxima de conducta más difundida: "Haz el bien por el bien mismo".
Plenitud, es una totalidad, integridad. Observaremos entonces como esta filosofía es el camino para alcanzar la plenitud del hombre, quien vive en sociedad para alcanzarla, configurándola al nivel de un bien común, principio y fin de la existencia de la política.
La historia de nuestro país muestra como, buscando lo mejor para la concreción de un mejor estilo de vida al servicio de la consecución del bienestar común, se han obtenido, en un proceso que comienza el siglo pasado y que aún no termina, la emancipación y la independencia, la democracia y la libertad. Pero aún no hemos concluido, la igualdad y el federalismo verdadero son tareas pendientes.
Nuestro partido se fundamentó sobre dos grandes bases. Una es considerar la política como una concepción ética de la vida. La otra afirmar el federalismo como la forma institucional de la vida autónoma argentina, de la libertad ciudadana y de la soberanía de la nación. Nuestras luchas anteriores a veces nos han hecho suponer que somos el partido de la libertad y nada más, si así fuera ya hubiéramos agotado nuestra razón de existir... tenemos libertad en la Argentina, pero falta tanto,... queremos concretar al mismo tiempo la libertad y la igualdad. (3)
Para concluir, me parece oportuno destacar que la pérdida del camino ético de la política, no es más que el reflejo de una sociedad que también lo ha perdido. Al fin y al cabo, los hombres de la política, forman parte de la sociedad a la cual representan y dirigen.
Es increíble cómo la indiferencia individualista ha llegado a atrofiar nuestros más profundos sentimientos, cómo nos ha llevado el egocentrismo a disimular y a enceguecernos frente a aquellas personas que necesitan y suplican de una mano que las ayude, que les sirva de guía. Es tal la ausencia de solidaridad que se presenta, que hemos llegado al extremo de la extranjería total, mientras, hermanos nuestros mueren frente a nuestros ojos.
Es imposible pensar que en sociedades corruptas y desnaturalizadas, que no saben de donde vienen ni adonde van, que han olvidado su pasado y no tienen visión de futuro, en donde la hermandad es una palabra cada día más en desuso ya que cada cual busca sobreponerse al prójimo en vez de mancomunadamente buscar lo mejor para todos, pueda surgir una minoría dirigente inmune a tal peligrosa enfermedad como lo es la corrupción, la extranjería y lo peor de todo, la indiferencia.
Pero también es cierto que la clase dirigente, que en realidad no es "clase" sino minoría, es la encargada de dirigir y de dar el ejemplo a la comunidad y que por lo tanto, tiene una mayor responsabilidad. Dirigir significa enderezar, llevar rectamente una cosa hacia un lugar señalado.
Creo que los argentinos, ya hemos "tocado fondo", hemos sido fiel imitación de la sociedad anteriormente descripta. Ahora hace falta un cambio rotundo de mentalidad ya que es lo único que nos permitirá "salir nuevamente a flote". Y todo indica que la tierra ya está lo suficientemente abonada para comenzar a sembrar ese cambio, para comenzar a sembrar futuro. Afortunadamente nuestro país de a poco está madurando, está creciendo junto a la democracia, ha "aprehendido" su dolor y ha aprendido de él. El argentino ya no quiere limosnas ni favores, quiere trabajar; el argentino de hoy tiene sed de justicia, se ha fortalecido en la vida democrática, exige respuestas de sus representantes, responde a la verdad y condena la inmoralidad.
La falta de ética en todos los ámbitos es un problema de fondo. Tenemos que tomar conciencia de que somos muchos, pero que conformamos uno solo, nuestro país, nuestra Argentina. Tenemos que replantearnos quienes somos, a donde vamos y a donde queremos llegar. Sobre la experiencia del pasado, los valores de aquellos que forjaron la libertad y la democracia, deberemos empezar de nuevo, pero con los ojos puestos en el futuro. ... (ver texto completo)
Según Platón cual es el concepto del hombre, de la ética y de la política

El hombre es un ser libre, con capacidad de autodeterminación, es decir, capaz de obrar luego de una libre elección. Esta elección se lleva a cabo como resultado de un conocimiento que define el carácter de una conducta, ya que está vinculado con una conciencia moral que aprueba o desaprueba un determinado acto.
Tanto la moral, como el derecho y los usos sociales, forman parte de un todo mayor: la ética. Hablar de ética es hablar del bien y del mal. La ética no es una abstracción, es el otro. Cada acto está obrando directa o indirectamente sobre una vida: "Nunca se roba algo, se le roba a alguien".
La moral hace referencia a aquellas pautas interiorizadas por el individuo quien se las auto impone no como obligación sino como necesidad, por el simple hecho de provenir o formar parte de "lo bueno".
El derecho es el conjunto de normas emanadas por un órgano competente. Las mismas constituyen una prescripción, o sea la imposición de la voluntad de la autoridad normativa sobre la voluntad del sujeto o destinatario.
Los usos sociales recogen comportamientos deseables y aprobados por una comunidad, es decir costumbres sociales. Son normas consuetudinarias.
El hombre, por naturaleza tiene la capacidad de perfeccionarse y de superarse día a día, por lo que tiende a alcanzar la plenitud. Para llegar a tan preciada meta como lo es la plenitud, es necesario vivir en sociedad; el ser humano necesita de los demás para construir un mundo o ambiente propicio en el cual alcanzar la plenitud, causa esencial de la felicidad.
Es por ello que el hombre necesita de la sociedad política, pues nada es pleno si no se comparte, confronta y comunica a los demás, ya que el bien es expansivo, comunicativo: "De nada sirve la sabiduría si no se la comunica mediante la educación".
El hombre se reúne en sociedad para el logro de un bien común a todos. El bien común no es el bien individual, no es la suma de la porción de felicidad de cada individuo integrante de una comunidad, pero tampoco es un bien que nada deba a las partes. Es la integración sociológica de todo lo que hay de virtud y riqueza en las vidas individuales, y que tiende a perfeccionar la vida y la libertad de persona de cada ser. No es utilidad solamente, sino fin bueno es sí mismo, sujeto a la justicia y a la bondad. Es el fin último de la vida social.
La política es la ciencia social y práctica cuyo objeto es la búsqueda del bien común de los integrantes de una comunidad. El bien común no es sólo la tarea del poder político sino también razón de ser de la autoridad política.
Por lo tanto, es el bien común el principio y fin ético de la política. Será bueno todo aquello que beneficie, tienda, acreciente o promueva el bien común. Será malo todo aquello que tienda a perjudicarlo, disuadirlo, disminuirlo, etc.
Es deber de todo estado democrático promover el bien general. El preámbulo de la Constitución de la Nación Argentina establece:
"... con el objeto de constituir la unión, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino...".
El bienestar general se logra por medio de una auténtica justicia social cuya finalidad es obtener una más justa distribución de la riqueza entre todos los grupos sociales. Hace falta la presencia de un estado capaz de generar este equilibrio. Un estado que no elimine la responsabilidad de las personas, de las comunidades y de las organizaciones intermedias. Un estado que no convierta en dependientes a los ciudadanos y en pupilas a las comunidades y organizaciones intermedias. Un estado que no les quite sus obligaciones. Esa orientación de la intervención estatal ha sido nefasta para la sociedad civil, la ha hecho débil. Pero tampoco sirve un estado ausente, que deje la suerte de sus habitantes al juego de la oferta y demanda. Ni un estado indiferente a los problemas sociales. El estado debe intervenir para asegurar el mínimo de bienestar para todos. Sin demagogias.
En resumen, la naturaleza de un estado o de la sociedad política, es la búsqueda del bien común. El estado se desnaturaliza, es decir pierde su esencia, cuando se corrompe. Corromper, entre otras acepciones posibles, es alterar la forma de alguna cosa; así el estado corrupto ya no tiende al bien común sino que se desvirtúa transformándose al provecho de unos pocos.
Según Aristóteles, definiendo las formas de gobierno, hay monarquía, aristocracia o democracia cuando el rey, una minoría o una mayoría gobiernan para el conjunto. Estas serían las formas naturales. En cambio hay tiranía, oligarquía o demagogia cuando un tirano, una minoría o una mayoría gobiernan para sí mismos. Estas serían las formas desnaturalizadas.
Los factores que conducen a la desnaturalización del estado, a su proceder éticamente negativo, inmoral, ilegítimo e ilegal son principalmente: a) el economicismo, b) la tentación del poder absoluto y c) la pérdida de un orden político.
a) Este tipo de corrupción se da siempre que el dinero ocupa un lugar preferencial en la escala de valores de una sociedad. Y lo cierto es que así parecen estar hoy las cosas en la mayoría de los países. Lo común es que un funcionario viole sus deberes de lealtad al pueblo por alguna condición económica, es decir, porque hay dinero de por medio.
Max Weber distinguió entre los políticos que viven para la política y los que viven de la política. En el último caso, la ambición política deja de valer por sí misma y se rebaja al nivel de un valor instrumental al servicio del enriquecimiento.
A fines del siglo XIX, Leandro Alem sostenía: "... el interés material será para un pueblo de mercaderes, no para el nuestro...", "... no conviene materializar las sociedades, aflojando los resortes morales de su espíritu...", "... Se nos quiere halagar con las promesas de engrandecimiento material. Yo prefiero, porque lo considero más digno de una sociedad como de un individuo, vivir con menos lujo y con menos pompa, siempre que me dirija yo mismo. Prefiero una vida modesta, autónoma, a una vida esplendorosa sometida a tutelaje...".
b) Todo poder tiende a corromper; el poder absoluto corrompe absolutamente. Alguien que carece de una sensibilidad moral excepcional, y que no es sino una persona ordinaria, común y corriente, puede sucumbir frente a la tentación extraordinaria que surge de las inmensas posibilidades del poder, a menos que se la limite y se la controle. Expresaría Elpidio González: "... El radicalismo es una fuerza principista. Para la Unión Cívica Radical los gobiernos son medios de servir al país y no fines...".
c) Bajo cualquier sistema político existe un orden político natural al cual la acción política debe sujetarse en aras de la estabilidad y el bienestar de la nación. El orden político es la única posibilidad de trabajar por el bien común. Su contraparte, el desorden político, implica el desquicio general de las funciones sociales, de modo que nadie trabaja en lo que le compete. Diría Dante: "Siempre la confusión de la persona es principio del mal de la ciudad". ... (ver texto completo)
1. Sócrates no escribió nada y, a pesar de haber tenido numerosos seguidores, nunca creó una escuela filosófica. Las llamadas escuelas socráticas fueron iniciativa de sus seguidores. Acerca de su actividad filosófica nos han llegado diversos testimonios, contradictorios entre ellos, como los de Jenofonte, Aristófanes o Platón, que suscitan el llamado problema socrático, es decir la fijación de la auténtica personalidad de Sócrates y del contenido de sus enseñanzas. Si creemos a Jenofonte, a Sócrates ... (ver texto completo)
Los primeros desenvolvimientos de la Guerra del Peloponeso no fueron favorables a los atenienses. De tal manera, hacia el 415 A. C. se propusieron realizar un gran movimiento estatégico y emprender la conquista de Sicilia construyendo una gran flota. Comandaba la flota Alcibíades, un alumno de Sócrates, que formaba parte de un grupo de jóvenes disolutos, ricos y aristócratas, que se caracterizaban por cuestionar las tradiciones.
Pocos días antes de la fecha de partida de la flota, ocurrió que al ... (ver texto completo)
Aunque formado en la sofística, Sócrates se convirtió finalmente en un acérrimo crítico de los sofistas; a quienes expuso a su desprecio, especialmente por recibir dinero por sus enseñanzas. Su pensamiento se conoce solamente mediatizado por los relatos de sus discípulos, porque no dejó ninguna obra escrita. En particular Platón en sus Diálogos es quien ha expuesto sus ideas de una manera más completa; aunque también Jenofonte lo ha hecho en sus obras “Memorables”, “El banquete” y “Apología de Sócrates”. Otra fuente importante acerca del pensamiento socrático, son las referencias contenidas en la obra de Aristóteles.
La idea principal en que Sócrates se apartó radicalmente de los sofistas - al menos respecto de los últimos representantes de la sofística - fue su afirmación terminante acerca de la existencia del Bien y del Mal, sustentando la existencia de valores absolutos, en contraposición con el relativismo de los sofistas; pero igualmente consideró esencial mantener una actitud crítica como medio de alcanzar el conocimiento de la verdad. Sostuvo la diferenciación entre el cuerpo y el alma, considerando que ella es inmortal; y afirmó que existe una inteligencia suprema que gobierna los destinos del mundo.
Pensaba Sócrates que era indispensable apartarse del relativismo postulado por los sofistas, y que para ello era necesario descubrir la existencia de algo universal y objetivo, que no estuviera sujeto a la opinión de los hombres (lo que recuerda, sin duda, el mito de Protágoras). Surge de ello una inclinación hacia la búsqueda de las definiciones de las cosas, tratando de enunciar a su respecto un concepto de objetividad, de tal manera que conforme una unidad que esté presente en la pluralidad; con lo que en cierto modo constituye un retorno a las especulaciones presocráticas que buscaban una explicación racional y única del Universo.
Una definición, según Sócrates, permitiría acceder a la esencia universal y objetiva de las cosas. A la cuestión de cómo sería posible tener la certeza de que esa definición fuera verdadera, respondía Sócrates afirmando que en el alma de cada hombre están presentes de una manera originaria, innata, los verdaderos conceptos de todas las cosas; de tal manera que mediante la introspección es posible alcanzar a descubrir la verdad existente en el interior de uno mismo.
La concepción del alma como aquello que fundamentalmente es el ser humano, adquiere gran importancia en la filosofía de Sócrates; que la considera el centro de la personalidad intelectual y moral del hombre. La introspección es el medio de descubrir la verdad en el interior de uno mismo, por lo cual Sócrates consideraba que su misión no consistía en enseñar determinadas concepciones, sino en lograr que sus alumnos aprendieran a conocerse a sí mismos, en ayudarlos a descubrir el contenido de su propio espíritu para cuidarlo y cultivarlo. De ahí la expresión célebre que Platón pone en sus labios: “conócete a tí mismo”.
Sócrates contrapuso a la escala de valores tradicionales de los griegos antiguos - la fuerza física, la riqueza, la fama y el poder - un valor de índole espiritual consistente en la obtención de la sabiduría por medio del conocimiento de la propia alma.
Para Sócrates, la ciencia o sabiduría que busca el filósofo, es esencialmente virtuosa, mientras que quien permanece en la ignorancia incurre en el vicio. El primer paso para alcanzar esa virtud del saber, es reconocer la propia ignorancia.
El obrar moral del hombre responde a los mandatos que cada uno lleva en su alma. Pero Sócrates introdujo también el concepto de la jerarquía entre los valores, considerando que existe una graduación interna de los valores. Por lo tanto, para obrar justamente, es preciso atenerse a la tendencia del hombre a la perfección que se consigue con el ejercicio de la virtud.
Actuar según la virtud es posible cuando se posee el conocimiento del Bien y del Mal, porque, en tal posesión del saber, la práctica del bien es el resultado espontáneo del obrar humano. El hombre que actúa mal, en consecuencia, no lo hace por ser malo, sino porque está en la ignorancia de la virtud.
La moral que propone Sócrates se origina y se nutre en sí misma; en ella, el obrar correctamente es resultado de la reflexión que el hombre hace sobre las exigencias de su alma, de tal manera que esencialmente se convierte en juez de sí mismo.

Esta concepción del llamado “intelectualismo moral”, es a menudo criticada en función del concepto de voluntad. Pero no se puede perder de vista que, en definitiva, su aporte a la concepción de la regla moral como algo absolutamente íntimo y personal es sumamente valioso, y no significa para nada la prescindencia de la consideración de la existencia de las reglas morales como tales.
Enfrentado al problema religioso, que más tarde en Filosofía será “el problema de Dios”, Sócrates percibe que no es admisible atribuir a los dioses todo el poder y toda la razón.
Considera Sócrates que el hombre posee el poder propio de la razón humana; pero que ésta tiene sus límites, mientras que sólo la razón divina es capaz de pasar más allá de esos límites.
Sócrates critica a aquellos que niegan la existencia de una razón divina, que preside todos los acontecimientos. Pero, en la medida en que considera “insensato” consultar al Oráculo para resolver aquello que los hombres deben resolver por sí mismos - y afirma que eso persigue eludir la propia responsabilidad de decidir en relación a los acontecimientos de la propia realidad - se anticipa a plantearse la cuestión del “libre albedrío”, que será tema de gran importancia para las filosofías posteriores, sobre todo en el cristianismo.
A propósito de una lectura de Anaxágoras referente a su concepto del “Nous” o inteligencia creadora, concluye que existe una inteligencia, que es una sabiduría que habita en todo lo que existe, que ve todo lo que ocurre y que gobierna todas las cosas. La inteligencia está en el origen y en el orden de todas las cosas, como un opuesto al azar.
Percibe con ello la existencia de una gran armonía y coherencia en la Naturaleza; con lo cual se encuentra a un paso de sustentar que existe una inteligencia única y superior, lo que equivale a vislumbrar los fundamentos filosóficos de las concepciones religiosas de base monoteísta. Desde este punto de vista - si bien no fue éste el tema planteado en el proceso que le fue seguido por impiedad - puede pensarse que, después de todo, realmente el pensamiento socrático contenía una amenaza para la religión oficial de Atenas.
A mediados del Siglo V, en la época de Sócrates, los tiempos del apogeo de Atenas estaban terminando. En el 431 A. C. estalló la guerra con Esparta, la Guerra del Peloponeso, en medio de unas epidemias de peste que mataron a una gran parte de su población, incluído el propio Pericles que era el símbolo vivo de su grandeza. ... (ver texto completo)
Para Platón el ciudadano representa al Estado, es como un Estado en miniatura. Al igual que el Estado, el ciudadano también está dividido en su interior en tres niveles, en tres almas.
Platón, en su antropología, habla de el ser humano dual, compuesto por cuerpo y alma. El alma es el motor que mueve el cuerpo. Este alma viene del Mundo de las Ideas, y porta todos los conceptos perfectos y todas las ideas, las lleva al cuerpo físico. Así pues, el alma trae el conocimiento al cuerpo, que para conocer no tendrá que aprender, sino recordar (esto es parte de la Teoría del Conocimiento).
Platón habla, también, de que el alma está compuesta por tres fuerzas, que tienen diferentes funciones y se localizan en distintos lugares del cuerpo. Las tres partes del alma son:
-La parte racional: es la que nos diferencia de los animales. Se localiza en el cerebro y su cualidad es el uso de la razón, la inteligencia.
-La parte irascible: es fuente de pasiones nobles, como la valentía, el coraje. Se localiza en el pecho y su cualidad principal es la fortaleza.
-La parte concupiscible: es la que tiene que ver con los deseos descontrolados. El deseo de comer, beber, descansar... han de ser controlados por la temperancia. Esta parte del alma se localiza en el vientre.
Para explicar sus ideas antropológicas Platón, en el Fedro, nos cuenta el Mito del Carro Alado, en el que un auriga (conductor de carros) va sobrevolando el cielo en su carro tirado por dos caballos cuando, de pronto, algo en el suelo atrae la atención de uno de ellos. Éste caballo, atraído por aquéllo que le ha llamado la atención, desvía el rumbo del carro y todos caen al suelo. Al caer, se funden en un solo ser: el ser humano.
Podemos deducir así que los seres humanos estamos compuestos por un caballo que se deja llevar por los impulsos y los deseos, por otro que es firme e incorruptible, y por un auriga, que ha de portar la razón.
Platón abogaba por seguir el camino del alma racional y de la irascible, usando la razón y teniendo la moral fortalecida, y dejar a un lado al alma concupiscible, que nos lleva a los deseos y nos aparta del camino del bien.
Platón, aun así, sabía que la mayoría de las personas preferían comer, beber, tener sexo y descansar antes que vivir de forma moral, usando siempre la razón y controlando los deseos.
De todas formas, esta es la Teoría Antropológica de Platón, que simplemente intentó hacer de las personas mejores personas. ... (ver texto completo)
Aristóteles distingue y diferencia en “La Política” los conceptos de persona y ciudadano, aunque para entender plenamente la diferencia habría que remitirse a otros conceptos como Estado y Sociedad. El Estado se conforma por medio de la unión de familias orientada al bien común. Y tras la unión de muchas familias, formando así el pueblo, y de la unión de muchos pueblos, se forma el Estado, que es un resultado de la dimensión social del hombre que le conduce instintivamente a conformar una sociedad ... (ver texto completo)
El ideal de las formas puras de gobierno es realizar el interés general, el bien publico o el bien común de una sociedad. Aunque hayan existido formas monárquicas, hasta la fecha no se ha realizado ninguna forma de gobierno, como la republicana, en la que los pueblos han encontrado sus mejores ideales.

Tradicionalmente la mejor de las formas puras de gobierno es la democracia o política, que mira con mayor perfección al bien de la comunidad.

El problema relativo a las formas de gobierno y a ... (ver texto completo)
Este ensayo aborda la temática de Platón sobre su concepción acerca de
la Educación, cual era para el su significado de educación, la vinculación
de la dimensión política y la Educación. Como deben ser educados los
futuros gobernantes, y como debían ser. Es muy interesante el
pensamiento de éste filósofo, por que hace reflexionar y asimilar su
manera de pensar, puesto que expone que al ser educados debemos ir
más allá de nuestro sentido común.
Palabras clave: Dialéctica, Estado, Gimnasia, Música, Dimensión Política.
Platón nació en Atenas, probablemente en el año 427 a. c. de familia
perteneciente a la aristocracia ateniense. Por tanto recibió una educación
como tal, necesaria para dedicase a la vida política como un aristocrático
ateneo, posición que asumía un joven recibiendo las enseñanzas propias
de la democracia.
A la edad de 20 años conoció a Sócrates y quedó maravillado al grado de
admiración por la personalidad y el discurso de éste filósofo, lo cual
originó el devenir de su filosofía.
Es el primer gran filósofo ateniense que nos deja una extensa obra
escrita, siendo alumno de Sócrates, y creador de la academia. Su
Platón y su concepto de Educación
pensamiento ha puesto de manifiesto una gran influencia en el
desarrollo de la filosofía, hasta nuestros días.
Por tributo a su maestro, o quizá por el influjo de su época elige el dialogo
como forma de expresión de su pensamiento. Llamada Dialéctica, que es
el arte del diálogo y la discusión.
Para platón la fuente del saber, esta sobre lo que es bueno y lo que es
malo para el individuo tanto en la sociedad como en la vida privada. decía
que hay cosas y acciones que son verdaderas por naturaleza, buenas o
bellas en sí mismas. El presente artículo aborda las ideas de Platón sobre
los principios de educación desde dos perspectivas: la primera centra la
atención en el individuo, y en la segunda destaca la dimensión política
sobre la educación.
Educación del individuo.
Se le llama educación al hecho de transmitir y asimilar costumbres,
técnicas, normas e ideas mediante el cual, cada sociedad incorpora a
quien se integre a ella. La sociedad te brinda las bases necesarias para
unirte a ella.
En las obras de Platón el concepto es diferente. Quien recorre el camino
de la educación esta obligado a saber más que el sentido común y a
superar la forma media de ver las cosas para ver y descubrir lo que hay
detrás. La verdadera educación implica alejarse de lo cotidiano, tener una
visión nueva, que es verlo desde una óptica diferente.
Este filósofo idealista, concibe la educación como la luz del conocimiento
que nos permite salir de la ignorancia. La educación debe conducir al
ignorante desde este estadio hasta asta el conocimiento verdadero. La
educación es vocación para quien ha sido llamado, un llamado que exige
renuncia, no acepta buscar placer u honor, sino soportando las molestias
en pos de la superación social de la ignorancia. El hombre que ha
enfrentado el proceso, que ha sido educado, sufre y se confunde al
enfrentarse al mundo superficial y sensible.
Para conseguir la armonía y la justicia, es necesaria una educación
gimnástica y musical para la formación del alma.
Si ahora se escuchan las palabras gimnasia y música, se les da un
significado un tanto erróneo, al pensar gimnasia se imagina pesas,
gimnasio; en música se piensa en guitarra, artista. Pero para platón este
concepto es diferente. Para él la gimnasia esta basada principalmente en
un culto a las fuerzas y en un culto a la pureza, y la música era la parte
espiritual. Este conjunto de cuerpo sano y espíritu abierto a toda la
creación era propio del mundo clásico.
El creía que existía una gran relación entre cuerpo y alma, puesto que
pensaba que el cuerpo era como una vasija y el alma el agua, el agua
toma la forma de la vasija, así que se tenía que tener una vida sana para
que el alma pueda resaltar sus aspectos sanos.
Decía de manera muy dura que el hombre era capaz de tener hijos, pero
no cualquiera es capaz de educarlos Para esto proponía que después de
los 5 años los niños fuesen mandados a institutos especiales en donde se
les educara en la parte física y espiritual, puesto que la educación
ateniense esta orientada a desarrollar el alma y el cuerpo, pero sobre todo
cultivar el alma sola y perfeccionar en ella la sabiduría y el valor.
No estaba de acuerdo en que lo jóvenes sean educados por los padres,
recomendaba que los jóvenes estuvieran por 5 años a cargo de sus
padres, y luego de esto que pasaran a manos de los maestros.
Sabiendo qué es el hombre, cuál es su condición y cuál es su destino,
sabremos cómo se le debe educar para que alcance su máxima
realización.
”No hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio
de la esclavitud. En efecto, si los trabajos corporales no deterioran más el
cuerpo por el hecho de haber sido realizados obligadamente, el alma no
conserva ningún conocimiento que haya penetrado en ella por la fuerza”.
Expresa que la mejor manera para instruir a los niños es educándolos
jugando, por que de esta manera lograrás conocer de que esta dotado,
cuales son sus habilidades y capacidades. Propone acercar a los infantes
a la aritmética y la geometría de manera libre, como jugando para ver
como actúan ante tales ejercicios. Piensa que a no todos se les debe dar
la formación matemática, sino solo a aquellos que demuestran tener la
inclinación y la capacidad. De que sirve educar a alguien que no tiene la
capacidad ni interés, si no lo aprenderá, o por el contrario si lo llegase a
aprender lo olvidará. Hay que educar sin la fuerza y sin esclavizar, como
hombres libres.
Platón, aún siendo joven, comprendió que ”la educación del hombre, y en
especial del gobernante, es el único camino para llegar a conformar una
sociedad justa.”
El objetivo de la educación, es la educación de los individuos en las
virtudes ciudadanas. Platón está convencido de que el destino del Estado
depende de la virtud de sus ciudadanos. El culmen del sistema educativo
es la dialéctica, en la que solo se forma a hombres elegidos para la
sabiduria y el gobierno de una ciudad.
La política debe crear en la ciudad terrena el modelo que contempla en el
mundo ideal, y la educación es el cincel que permite modelar la sociedad
ideal en este mundo limitado por el devenir, el cambio y la materia.
Su concepción parece muy intelectual plantea la educación como si sólo
se fuese a formar la razón para que conozca la verdad. Destaca que las
pasiones, de ser conducidas a la razón, pueden llevar al hombre a tener
una vida de condición divina, y de ser insubordinadas pueden impedir la
realización humana. Percibiendo
así la formación de un descuide de las pasiones tornándolas desordenas
y haciéndolas crecer. El hombre debe ser formado en virtud del dominio
de sí cuando la razón domina y gobierna al hombre, el hombre adquiere
en sí mismo el valor de la justicia. Las ideas de Platón no se encuentran
en los objetos del mundo sensible y real sino el mundo ideal, del
arquetipo; existen independiente de si el hombre las piensa o no.
Dimensión política del hecho educativo
El origen del Estado descansa en el hecho de que cada individuo no se
basta a sí mismo, no es autosuficiente, sino que carece de muchas cosas.
Cada individuo trata de entenderse con otro, y luego con otro, y de la
multiplicidad de necesidades surge la unión de muchos en una misma
morada. Se dio cuenta de la necesidad de un estado educador. Platón ve
al Estado como una persona moral que sólo difiere de las personas
humanas en sus proporciones. Al igual que los individuos, el estado sólo
alcanza su plenitud y perfección si se subordina a la razón y la moral.
“El Estado, al igual que el alma individual, posee tres partes constitutivas:
la concupiscible, integrada por los productores, los mercaderes y los
comerciantes, • la irascible, integrada por los hombres de armas; y, • la
racional, compuesta por los filósofos.”
La función que cumple la educación en la sociedad, es la de educar a los
futuros gobernantes con apego a la verdad, amor al bien y con dominio
de las pasiones.
El alma debe guiarse de la razón y el cuerpo social por aquellos en
quienes prima la razón, los filósofos, y deben ser educados de modo que
sepan armonizar las fuerzas que componen la sociedad de acuerdo a las
normas de la justicia.
Platón piensa en un Estado gobernado por filósofos, es decir, por
intelectuales maduros que posean la ciencia suprema de la dialéctica, la
ciencia de las Ideas, cuyo punto culminante es el conocimiento de la Idea
del Bien.
La educación es el medio idóneo para que el estado alcance su fin: la
justicia. De ella depende que logre o no su ideal.
Para finalizar Platón decía que “el gobernante debía de ser un hombre
valiente, capaz de sacrificar su propia vida por el bien del Estado, para
que el hombre prefiera la muerte antes que la derrota o la esclavitud”. ... (ver texto completo)
Conocido por los pensadores medievales como “el filósofo”,
Aristóteles es quizá el pensador más importante y de mayor influencia en
la historia y desarrollo cognoscitivo de Occidente. El objetivo que tenía en
la educación este filósofo era preparar a los jóvenes despertando su
intelecto para asumir posiciones de liderazgo en las tareas del estado y la
sociedad, es decir, formar buenos ciudadanos.
El pensamiento educativo de Aristóteles se basa principalmente en sus
estudios: éticos, políticos ... (ver texto completo)
Platón admite que su estado ideal como cualquier otra realidad del mundo físico está sujeto a la degradación por lo que tarde o temprano degenerará a otro sistema político menos perfecto. El estado ideal es llamado por el autor “aristocracia” que significa “gobierno de los mejores”; cuando en este estado ideal los guardianes guerreros empiezan a ocupar la posición que le correspondía a los filósofos aparece el primer sistema político degenerado: la “timarquía”. En la timarquía los guardianes acumulan riquezas y el poder a espaldas del pueblo trabajador, no cometen excesivos desmanes pero el deseo de honores es lo que mueve sus decisiones en vez del bien de la mayoría. En muchos sentidos la timarquía recuerda los regímenes militaristas del siglo XX y de la actualidad.
La timarquía degenera en “oligarquía” (gobierno de pocos) en donde la clase dirigente está compuesta ya no por los guerreros sino por aquellos que poseen las riquezas. Ya que en la timarquía el fin de los gobernantes era acumular riqueza es lógica la evolución hacia la oligarquía. El mayor problema de la oligarquía es la cohesión social, en este sistema de gobierno existen dos estados en uno: el estado de los pobres y el estado de los ricos siempre en conflicto entre sí.
La paupérrima situación de la clase pobre en la oligarquía lleva a esta a degenerar en “democracia” (gobierno del pueblo). Los pobres se alían entre sí y arrebatan el poder a los más ricos estableciendo en lo posible un sistema igualitario de participación política y la mayor libertad política posible. Todos gobiernan en el estado democrático y todos pueden vivir en libertad haciendo lo que les parezca bien. Pero este sistema también es imperfecto ya que mientras que en la oligarquía había dos cuerpos políticos en la democracia hay infinidad de ellos, tantos como individuos o familias. Todo el mundo hace lo que le viene en gana y no hay orden ni ley que se respete, los ignorantes tienen tanto poder como los sabios y la multitud se cree experta en todos los temas. Gobernar un estado democráticamente, dice Platón, es como pilotar una nave haciendo votaciones a las personas que están a bordo sepan o no sepan del arte de navegar. La democracia genera disensión, enfrentamientos continuos y caos social.
La democracia degenera en el sistema político más alejado del buen gobierno: la tiranía. En el estado democrático un demagogo se presenta como salvador de los pobres o de una amplia capa de población, con palabras zalameras toma el poder en la asamblea y todos lo siguen. Tras conseguir el poder político necesita una guardia que le proteja de las agresiones de sus enemigos, con esta guardia y con la connivencia de otros aliados de la ciudad o extranjeros se hace con el poder absoluto. El que parecía el salvador del pueblo se convierte en un tirano con plenos poderes que para mantener su preeminencia tiene que exterminar a todos sus enemigos. Ejemplos de tiranías los tenemos en los regímenes totalitarios de corte fascista o comunista.
Escrita en su madurez la República es quizás el diálogo más influyente de Platón y la primera utopía política de la que tenemos constancia escrita no obstante, en su vejez el autor ateniense reconstruyó esta utopía en su obra “Las Leyes” dándole un matiz más abierto y democrático a su proyecto político aunque conservando mucho de los elementos que aparecen en la República. ... (ver texto completo)
Para Platón la justicia es el fin tanto de la ética como de la política por lo tanto, al analizar el modelo ético de vida buena estamos analizando, a su vez, el modelo de estado político perfecto. La ética platónica es una ética intelectualista ya que afirma que el mero conocimiento de lo que es bueno hace que el hombre actúe con bondad; el mal es una mera ignorancia de lo que nos conviene ya que, según el filósofo griego, el bien moral coincide con la felicidad: si queremos el bien es porque es ... (ver texto completo)
Dado que el estado es una comunidad natural de individuos que cooperan y coordinan para vivir, es necesario un buen gobierno. Nicolás Maquiavelo, figura relevante durante el Renacimiento italiano, y Platón, filósofo griego, comparten algunas características de su forma de ver el estado, aunque también se contraponen en otras. Por un lado, Nicolás Maquiavelo y Platón vivieron en épocas de grandes logros y cambios en sus respectivos países. Ambos querían conseguir una especie de estado en el cual había de ser característica la felicidad de los individuos, aunque para ambos con puntos de vista diferentes, que conllevan a consecuencias distintas.
Según opinaba Maquiavelo, el cargo de la política debía ejercerlo un hombre ideal y virtuoso, con la capacidad de superar la república en conjunto. Podemos observar su oposición a la república concluida en “El príncipe”, tratado de doctrina política en el cual muestra como se debería comportar Lorenzo II de Médici para conseguir unificar Italia y sacarla de la crisis. Diremos entonces que Maquiavelo pretende conseguir un estado en el que todos sean felices según sus pensamientos, y observando la realidad, plantea una solución práctica en las guerras, consiguiendo así un estado basado en la fuerza para sobrevivir. Por eso, fue conocido por la frase “el fin justifica los medios”, en la cual justificaba que no era necesario tener escrúpulos, y la ética y la moral no eran precisas en un gobernante. Según él, un estado fuerte era sinónimo de la felicidad.
Sin embargo, por otro lado se encuentra Platón, el cual pretende conseguir un Estado Ideal, presentando una utopía ante el “realismo” de Maquiavelo. Para que un estado sea Ideal, conlleva a que se cumpla cierta justicia en él, por ello, antepone el bien común al del individual. Según Platón, el estado se encuentra en situación justa cuando se cumple una armonía respetando la jerarquía natural del alma, de la cual surgen tres grupos humanos naturales. Podemos encontrar a los productores, a los guardianes, y a los filósofo-gobernantes, estos últimos tienen la función de gobernar y dirigir el Estado, recibiendo una educación especial en la cual se destaca el estudio de las Matemáticas y la Dialéctica. Para llevar a la práctica la función de los filósofos-gobernantes, primero se debe seleccionar a las mejores naturalezas, es decir, individuos con mayor capacidad innata. En segundo lugar, se debe educar para enderezar y potenciar esa capacidad hacia la contemplación de las Ideas eternas. Una vez han conseguido llegar a la contemplación de las Ideas, deben ser forzados a gobernar y adentrarse en los asuntos humanos. Por eso, para Platón un gobierno de filósofos es el único capaz de gobernar hacia la luz de las Ideas, según él, consideradas realidades eternas, inmateriales e inmutables, solo accesibles a la inteligencia, y los modelos perfectos que se deben imitar de forma imperfecta.
Así como Maquiavelo pensaba que no era necesario tener ética y moral para poder gobernar, Platón enlazaba a los filósofos-gobernantes directamente con la ética, ya que para este, la felicidad consistía en ser justos.
De este modo, encontramos que dos filósofos de época y pensamientos diferentes pretenden llegar a un mismo fin basándose en el Estado ya que piensan en conseguir la felicidad del individuo si el propio estado se lo permite, pero teniendo una visión diferente del mismo ... (ver texto completo)
Sócrates fue un contemporáneo de los sofistas, es una de las más grandes figurasdel pensamiento griego que crearon las ramas de la Filosofía en forma sistemática. Lo que se conoce de su pensamiento se ha aprendido a través de las obras de susdiscípulos o de sus amigos, como Platón y Jenofonte. En los Diálogos escritos por elprimero, como la "Apología", o"el Deber", "Protágoras o los sofistas" y el "Gorgias", por nombrar algunos. Asimismo, se tiene noticias de su pensamiento por la obraescrita de ... (ver texto completo)
Platón propone un Estado basado esencialmente en la ética y la condición del hombre como un ser que solo puede vivir en una sociedad organizada, que para los griegos estaba representada por la Ciudad-Estado.

Según el pensamiento platónico, ningún ser humano puede tener una vida normal si se mantiene aislado, dado que el hombre es un ser social; no como integrante de un rebaño sino como ciudadano activo, dispuesto a respetar y aceptar a la sociedad en que vive como un hecho inevitable.
Por esta razón, la preocupación de Platón era determinar cuál debería ser la verdadera naturaleza del Estado y su genuina función.

Para Platón, la moral y los principios de justicia deben ser los mismos, tanto para el ciudadano como para el Estado, de manera que sirvan para hacer felices a todos.

A Platón no le interesaba dedicarse a estudiar un gobierno en particular, sino que su interés se centraba en lo que deberían ser todos los Estados en general.

Por eso, en su libro “La República” trata de proponer un Estado ideal, como un modelo que todos los estados deberían imitar.

Platón estaba convencido que todo gobernante de un Estado ideal debe saber en qué consiste el arte de gobernar y qué es lo que debe hacer, porque si no lo sabe, o no tiene la habilidad para ejercer eficazmente esa función, puede hundir tanto al Estado como a sus ciudadanos.

Platón sabía por experiencia que los Estados que había conocido distaban mucho de ser perfectos; y su decepción lo llevó a ignorar la política imperante y a dedicarse a imaginar la mejor forma de gobierno posible para que los ciudadanos que confiaran en él pudieran ser más felices.

Él había vivido la desventura de la oligarquía y posteriormente, con la democracia, en la que había depositado todas sus esperanzas, se volvió a desilusionar debido a la confusión existente en el poder y los vaivenes de la vida pública.

Comprendió que los Estados están todos mal gobernados, que sus leyes son irremediables y que todo dependía de la buena o mala suerte.

La filosofía permite a un gobernante a evaluar lo que es mejor para la sociedad y para los ciudadanos; por lo tanto, las personas más adecuadas para gobernar, que podrán liberar a las comunidades del flagelo de los malos gobernantes, son los filósofos o bien, aquellos que ya tienen el poder y se conviertan providencialmente en verdaderos filósofos.

El hombre debe vivir necesariamente en una sociedad organizada, porque necesita de la colaboración mutua para subsistir; de modo que la vida en comunidad tiene un propósito económico del que posteriormente emanará el principio de la división del trabajo.

Los seres humanos tienen distintas habilidades y aptitudes, y por medio de ellas pueden brindar su aporte individual de diferentes formas a la comunidad en que viven.

El Estado necesitará que haya personas capaces de realizar todas las tareas que requiere una sociedad para cubrir todas las necesidades de sus miembros.

No solo de actividades rudas se nutrirá esa sociedad, sino que a medida que se haga más grande y compleja irá requiriendo también otras tareas más refinadas como las relacionadas con el arte, la música, la docencia, la medicina, etc.; y cuando sus territorios resulten insuficientes para sus cubrir sus necesidades deberán extender sus dominios a las ciudades vecinas.

Así llega Platón al concepto de que la causa de las guerras es económica y a la necesidad de formar guardianes del Estado, tan sabios como sus gobernantes que puedan discernir quienes son los verdaderos enemigos. ... (ver texto completo)
Para Platón un gobierno justo debería estar en manos de personas con la virtud de la sabiduría; respaldado por guerreros cuya virtud sea la fortaleza y constituido por una gran parte de pobladores dedicados a la artesanía o a la agricultura, moderados en sus hábitos y con la virtud de la templanza.
Los intereses de la mayoría deberían ser considerados más importantes que los individuales que se limitarán a trabajar y a disfrutar de sus bienes.
En tanto que la vida de los dueños del poder, como ... (ver texto completo)