VA DE TESTAMENTO,
Ja, qué cachondo eres; desde aquello de “El chocolatero” y “El porompompero” tempecinas en ubicar mi inspiración (que no sé quéseso) en un hermoso mundo de algarabía, percusiones y palos del flamenco, ¿es que te parece vulgar?, a mí me gusta mucho, Pedro, y no me tengo por náufrago en mi pensar ni desnortado por pérdida de perspectiva. Tú no sientas contradecirme -incluso reconvenirme, si es con respeto, claro está- que yo tengo mu buen encaje y tengo observado, además, que el espíritu de la contradicción afortunadamente te es consustancial, amoh, que te pone y tencanta. Pero quiero aclarar que lo único que pretendía con mi escrito, de verdad, era inyectarte un poco de mi natural ánimo que -por lo que veo- no te hace falta ni siquiera como humorada, jejeje.
Pero hoy vengo, también, a declarar mi torpeza: sí, yo leo despacio -porque si no es así no comprendo bien- y escribo más despacio aún por mi cuidadoso afán de no trasladar incoherencias, aunque no lo logre, porque a mí sí me importa el qué dirán: así y todo, tengo muchos yerros. Por ejemplo, en medio de tus “pensamientos automáticos”, todos ellos un lamento de pesimismo, una auténtica elegía de nostalgia, dolor y muerte (muy respetables por supuesto y uno de ellos totalmente compartido como bien sabes), sueltas, abruptamente, un “ ¡Joder, qué bien me lo he pasado!” que he sido incapaz –por lo visto- de captar en su justo término, al creer -torpe y cándidamente- que era un auténtico sarcasmo, una isla deseada en medio de ese mar de melancolía sobre el que sueles navegar, cuando realmente era el saldo positivo de tu satisfacción en el vivir, de lo cual no sabes cuánto me alegro: por tanto, me reitero, tengo que leer más despacio al comprender que he leído mal algo que tú estás convencido de haber escrito bien, aun haciéndolo deprisa como otra mucha gente inteligente con desparpajo en la pluma; y, sobre todo, en estos casos que son pensamientos automáticos que surgen de manera rápida, caótica, sin orden ni concierto, pero que hemos de entender de manera coherente y ordenada: he de extremar, ya lo ves, la velocidad de lectura, para seguir pretendiendo aquello que te dije de tu leído J. L. Borges: “sólo aspiro a ser un buen lector”.
Nada hombre, que cada cual muestre sus reflexiones como las sienta: no puedo, sin embargo, estar en más desacuerdo con las tuyas, tan respetables como las mías, en cuanto a las manifestaciones a las que hemos asistido aquí en Madrid este ajetreado fin de semana. Muchos españoles están muy necesitados de lo básico, lo sabemos todos, la gente se siente engañada y desencantada con los gobiernos (ahora es el del PP y antes fueron otros) que mienten bellacamente ofreciendo una mejora en los derechos a sus potenciales votantes, mejoras que se tornan, radicalmente, en merma de los mismos desde el primer día que se atarean en gobernar. Si las revoluciones no valen para nada, como afirmas, si los gobernantes y las instituciones están a lo suyo que es nadar en la abundancia a costa de la codicia, cómo discrepar, Pedro, de las exiguas reivindicaciones y propuestas que se han pedido en Madrid: “Dignidad, pan y techo” (tres cosas sin las cuales la democracia no tiene sentido), ¿qué se puede hacer sino pedir la dimisión de un gobierno que no procura ni esos mínimos a su pueblo por muy legítimamente que haya llegado al poder? Nada de cheques en blanco, la democracia debe consentir y fomentar la fiscalización de las promesas electorales y si no es así, como es el caso, hay que salir a la calle: vociferar, gritar hasta la extenuación, exigir la caída de ese gobierno impostor, obligarle a consensuar decisiones tan importantes como el pago de la deuda, los métodos de enseñanza, la conveniencia de una sanidad pública, la reforma de la justicia, obligarle a respetar el inalienable derecho de la mujer a ser dueña de todo su cuerpo, etc., ¿o es que a las mayorías se les va a consentir que contenten a los tres pudientes que bien has nombrado a costa del descontento de millones de ciudadanos que piden otro mundo tan posible como distinto?
Lo de no pagar la deuda, mejor dicho -vamos a ajustarnos a la realidad de la petición- el racionalizar su pago, es una legítima solución que, en efecto, pueden y deben intentar dar los gobiernos de los países devenidos en pobreza (los físicamente pobres, los devastados por los abusos, hecatombes naturales, la corrupción o la guerra), ante los ricos: Alemania lo pidió después del 45, y le fue CONDONADA toda ella, aparte de prestarle cantidades ingentes de dinero para su reconstrucción: y no pasó nada. Y no hace tantos años, cuando todavía el déficit no nos estrangulaba ni estaba de moda la prima de riesgo, la misma Alemania se pasó por el forro las maneras en su gasto que le “imponía” Europa para equilibrarse fiscalmente. Así que no es una petición tan descabellada eso de racionalizar los costes financieros y los plazos de amortización, o la condonación parcial, de una deuda mitad privada y mitad institucional.
Bueno, por hablar de todo, lo de UGT, CC. OO., Wily Toledo, Cuba (instituciones, persona y país que me merecen respeto en todo lo que de bueno tienen, que lo tienen) creo que, como tú dirías, hemos de estar “ mejor inspirados” para no caer en recurrencias que son el cebo con el que nos echan a reñir los que se ríen desde arriba. Ni que decir tiene que las banderas es otra trampa del “Gran Poder”, por lo mismo, porque distraen, dividen, alienan: estamos empachados de banderas, símbolos y patrias por los atracones que nos dimos en la época del Difunto. Pero, hombre, cómo va a ser una mascarada una manifestación -orquestada o no- de miles y miles y cientos de miles de personas de bien que pacíficamente demandan trabajo para ser dignos, alimentos para sobrevivir y techo para guarecerse: esto, teledirigido o no, es una emergencia nacional, querido. Y ya, para terminar, no sé si tu afirmación “soy de los que piensan que este podrido sistema que amamantamos necesita un golpe de mano feroz, que los seis millones de parados más otros tantos de trabajadores en solidaridad con ellos salgamos a la calle y tomemos unas instituciones…..”, no sé, decía, si es otro pensamiento automático, el eufemismo de una revolución pura y dura, en la que sí crees, o qué es lo que es. Ya me dirás, cuando tengas un ratillo de vagar.
Y lo más importante, joé, que tengo abandoná mi colección de palabros, ¿quéseso de “quilombo”? Bueno, ya mexplicarás, ahora reposa el guiso de las estupendas criadillas y digiere ese tentempié de verdolaga quenvidio mucho menos.
Bueno, a pesar de haberme perdío unas hojillas de lectura, más de una hora de mi tiempo porquescribo despacio, no creo que te quejes dentretenimiento por mi parte. Quedándome entoavía un par de horas de mi insomnio, querido Pedro, ha sido un placer restarle otra patí, ¡joé, qué bien me lo he pasao!, jejeje.
Mu buenas noches a to el jabeñerío. Y especialmente a ti, querido Pedro, que eres el destinatario. Un abrazo mu fuerte,
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