Comienza el nuevo año. Uno más y el castillo de Benar sigue perdiendo piedras. Me atrevo a decir que no es por la inconsistencia de su argamasa. Más bien es debido a la pasividad de sus dueños y la falta de inquietudes de los omañeses, entre los que me encuentro. A sabiendas de que se trata de una construcción de características únicas, por su forma y emplazamiento, hasta ahora, y a pesar de los ruegos y lamentaciones, no hemos sabido tocar la sensibilidad de las administraciones, si la tuvieran, ... (ver texto completo)