Tenía yo una tía política de nombre Mª Angustias, muy piadosa y devota ella, que vivía en una
casa, actualmente reformada, al principio de la
calle San Juan de Dios, entrando a la calle por el Triunfo, y bajando por la acera de la derecha. En esa casa, siendo yo un adolescente en los años 50, he pasado varios meses en diferente época. Lo que recuerdo con gran viveza era el camión que pasaba muy temprano por las mañanas para regar la calle, con sus chorros a ambos lados. Y el camión de la leche Puleva.
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