Ruidera, bello enclave en nuestra geografía, un oasis de privilegiada melodía de
agua limpia y fresca que perdió un día a un hijo predilecto reconocido con una
placa en su
parque. Pero ¿Qué y cuánto hay que hacer para merecer dicho honor? Valentín sólo fue él mismo, fiel a si mismo, libre y auténtico, valiente como pocos, ser distinto y fiel a uno mismo es una de las mayores valentías de esta vida. Amó con hechos y en silencio, amó incluso sin ser amado y no le importó entregar sus días a aquello
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