CARTA ENCONTRADA 1
En Corduente, que celebraban la fiesta, no sé como pude escapar sin ir al pilón. Sólo me detuve en la plaza del ayuntamiento lo justo para tomar un café, los minutos precisos para que los mozos, dispuestos meter al pilón en estos días a diestro y siniestro, se fijaran en mí. Pude escapar con todo disimulo en tan buena hora, partiendo con el coche carretera abajo. Enseguida el Barranco de la Hoz con su huso de piedra, sus impresionantes roquedales y sus merenderos a la orilla ... (ver texto completo)
En Corduente, que celebraban la fiesta, no sé como pude escapar sin ir al pilón. Sólo me detuve en la plaza del ayuntamiento lo justo para tomar un café, los minutos precisos para que los mozos, dispuestos meter al pilón en estos días a diestro y siniestro, se fijaran en mí. Pude escapar con todo disimulo en tan buena hora, partiendo con el coche carretera abajo. Enseguida el Barranco de la Hoz con su huso de piedra, sus impresionantes roquedales y sus merenderos a la orilla ... (ver texto completo)