En otra ocasión este mismo tema salió a debate y expresé mi opinión sobre experiencias profesionales, en las que el superior tuteaba y esperaba ser tratado de usted. Quien desee ser tratado de usted, hágalo él primero, porque si no se estará colocando en una situación de superioridad. Las cosas no son tan sencillas como parecen y el tuteo tiende a generalizarse (nos guste o no). A título de curiosidad expongo los siguientes casos, en los que la arbitrariedad, se pone de manifiesto:
Contaba Juan Cruz (" ¿Seré ministro?", El País, 20 de abril del 2008) que en 1982, recién nombrado Javier Solana ministro de Cultura, en el primer gobierno de Felipe González, un redactor de Radio Nacional fue a entrevistarlo y, antes de empezar, le espetó:
-Javier, ¿en esta entrevista te trato de usted o de tú?
A lo que Solana, con la flema que le caracteriza, le respondió, poniéndolo en su sitio:
-Tráteme usted como quiera.
Muchos años después, durante una cena en El Puerto de Santa María, Fernando Lázaro Carreter, tras su conferencia en uno de los congresos que organizaba la Fundación Luis Goytisolo, comentó que cuando era presidente de la Academia de la Lengua, el entonces ministro Solana se tomaba la libertad de tutearlo, de llamarlo Fernando, lo que no le hacía excesiva gracia, porque no lo conocía de nada. "Estos jóvenes socialistas" desconocen las formas más elementales de la urbanidad, comentaba con sorna.
Un abrazo
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