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Mensajes de CUENCA DE CAMPOS (Valladolid) enviados por Extramuros:

Mi patria es altísima.
No puedo escribir una letra sin oír
el viento que viene de su nombre.
Su forma irregular la hace más bella
porque dan deseos de formarla, de hacerla
como a un niño a quien se enseña a hablar,
a decir palabras tiernas y verdaderas,
a quien se le muestran los peligros del mundo.

Mi patria es altísima.
Por eso digo que su nombre se descompone
en millones de cosas para recordármela.
Lo he oído sonar en los caracoles incesantes.
Venía en los caballos y en los fuegos
que mis ojos han visto y admirado.
Lo traían las muchachas hermosas en la voz
y en una guitarra.

Mi patria es altísima.
No puedo imaginármela bajo el mar
o escondiéndose bajo su propia sombra.
Por eso digo que más allá del hombre,
del amor que nos dan en cucharadas,
de la presencia viva del cadáver,
está ardiendo el nombre de la patria.
O. A ... (ver texto completo)
Frotó el indio la yesca,
el pedernal, el pino
con otro pino viejo,
la madera, las hojas
de roble, la corteza
de los ceibos caídos,
el cuerpo del animal
salvaje, el carbón
mineral endurecido.
... (ver texto completo)
Este mundo de enfrente se encarama
donde puede y es tuyo sin saberlo,
a tu vida traiciona sin buscarlo
y no tienes la culpa.

En el pasado
fuiste feliz con la tranquilidad
de aquellos sueños, todas las promesas:
habitaba en tu mente un bosque inmenso
y siempre te asombrabas ... (ver texto completo)
Tormentas breves

Se avecinan veloces
las nubes del oeste.

¡El agua buena comprimida!

Este refugio oscuro.
Nuestro dolor.
J. C. A. 2007
Lejos la extraña luz
que atraviesa la noche, y más extraña
la luz de los poemas, este espacio
tan breve que ilumina
hacia adentro y nos punza.
Como si la distancia
que apenas calculamos,
se desbocara sola
arrastrándonos fuera,
lejos de todo. Lejos. ... (ver texto completo)
Espacio

Llegas de cualquier sitio
y, elegido al azar,
sin mapas, sin señales,
el otro lado esconde la sorpresa
feliz y azul.
Entonces permanece la ruptura
intacta. Entonces fuera o dentro impide
su difusión. ... (ver texto completo)
Emoción breve

Por la escalera azul de la mañana
el deshollinador.

Su piel de escamas y sus cejas
serpentinas, felices

bailan. Todo podrá cambiarse,
dice. Nada me toca. ... (ver texto completo)
La noche es el escudo
que abarca su mirada,
la tierra que rodea
desde el riesgo a la tumba.

Ya amanece
en la posada del acantilado
donde cuelga un farol
y un letrero que gime en las tormentas
infernales de invierno. ... (ver texto completo)
Veo en el horizonte un humo verde
reptando, caprichoso,
igual que una culebra entre las rocas.
Y cerca, en el camino a mitad de este sendero,
la verja vegetal que lo recubre
lujosa, decadente,
escarchadas y lánguidas
clarean unas ramas.
Parecen tensas venas que sujetan
a punto de partirse este paisaje ... (ver texto completo)
Los poemas que nunca escribiré
se han convertido en humo

afirmativo y en volutas
que no desaparecen, se disuelven.

Blanco humo de las chimeneas
que contiene poemas de todos los colores.
J. C. A 2007
Ocurre que el olvido, antes de serlo,
fue grande amor, dorado cataclismo;
muchacha en el umbral de mi egoísmo,
¿qué va a pasar? mejor es no saberlo.

Muchacha con amor, ¿dónde ponerlo?
Amar son cercanías de uno mismo.
Como siempre, rodando en el abismo,
se irá el amor, sin verlo ni beberlo.

Tumbarse a ver qué pasa, eso es lo mío;
cumpliendo años irás en mi memoria,
viviendo para ayer, como una brasa,

porque no llegará la sangre al río,
porque un día seremos sólo historia
y lo de uno es tumbarse a ver qué pasa.
M. A ... (ver texto completo)
AYER

Todos los poetas excelsos
se reían de mi escritura
a causa de la puntuaciòn,
mientras yo me golpeaba el pecho
confesando puntos y comas,
exclamaciones y dos puntos
es decir, incestos y crímenes
que sepultaban mis palabras
en una Edad Media especial
de catedrales provincianas.

Todos los que nerudearon
comenzaron a valiejarse
y antes del gallo que cantó
se fueron con Perse y con Eliot
y murieron en su piscina.

Mientras tanto yo me enredaba
con mi calendario ancestral
más anticuado cada día
sin descubrir sino una flor
descubierta por todo el mundo,
sin inventar sino una estrella
seguramente ya apagada,
mientras yo embebido en su brillo,
borracho de sombra y de fòsforo,
seguía el cielo estupefacto.

La próxima vez que regrese
con mi caballo por el tiempo
voy a disponerme a cazar
debidamente agazapado
todo lo que corra o que vuele:
a inspeccionarlo previamente
si está Inventado o no inventado,
descubierto o no descubierto:
no se escapará de mi red
ningún planeta venidero.
P. N ... (ver texto completo)
Las campanas

I
¡Escuchad el tintineo!
! La sonata
Del trineo
Con cascabeles de plata!
¡Qué alegría tan jocunda nos inunda al escuchar
la errabunda melodía de su agudo tintinear!
¡Es como una epifanía, ... (ver texto completo)
Cuando yo me haya ido
—qué triste que me vaya—
de esta madera mía
que me hagan una guitarra.

Cuando termine la muerte,
si dicen: " ¡A levantarse!",
a mí que no me despierten.

Que por mucho que lo piense,
yo no sé lo que me espera
cuando termine la muerte.

Que yo me conformo siempre,
y una vez acostumbrado
a mí que no me despierten.

Para encontrarme conmigo
vuelvo a salir a la calle,
calle del tiempo perdido.

Para encontrarme contigo
estoy buscando en el suelo
las huellas de su sonido.

Para encontrarme con nadie
me pongo a mirar arriba,
¡Auxilio, que Dios me ampare!

Mis cuentas no están cabales:
me falta una golondrina
y me sobran tres cristales.

Mira qué cosa tan rara:
pasé la noche contigo
estando solo en mi cama.

En este día cualquiera
párate a ver cómo canta,
antes que me vaya fuera,

mi corazón en tu mano
y tu boca en mi garganta
por la mañana temprano.

Ponte a vivir como loco:
ama, ríe, bebe, olvida.
Puesto a vivir todo es poco
por más que dure la vida.

El mar no puede morir,
se quedará navegando
aunque no haya nadie aquí.

Si otros no buscan a Dios
yo no tengo más remedio:
me debe una explicación.

No digo que sí o que no.
Digo que si Dios existe
no tiene perdón de Dios.

No digo que no o que sí.
Digo que me gustaría
que Él también creyera en mí.

Yo no le guardo rencor.
Si le encuentro alguna vez
nos perdonamos los dos.

Mi pobre tierra no puede
darme lo que estoy buscando.
Nadie da lo que no tiene.

Yo no culpo a Andalucía,
sé muy bien que a su esperanza
le pasó lo que a la mía.

Averigua quién te dio
esas ganas de morirte.
Ha tenido que ser Dios.

Ha tenido que ser Dios
un día que estaba triste.
No tiene otra explicación.

H. M. - 2001 ... (ver texto completo)
La pura luz que pasa
por la calle desierta.
Nada humano
bajo el cielo abolido.
La blancura absoluta
de la ciudad confunde
la muerte y el sigilo.

De repente la música,
la sombra de los amantes en el agua. ... (ver texto completo)
El viento del norte sopla en las alturas
sin conocer nada de los hombres
yo también, yo quiero,
elevarme con el viento del norte
por encima de los rumores, de las voces
por encima de las luces
de las calles abarrotadas del mundo.

Lejos de tibios contactos,
de la presión enervante, ... (ver texto completo)
Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.
Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.

La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.
J. A. G. ... (ver texto completo)
A plena luz de sol sucede el día,
el día sol, el silencioso sello
extendido en los campos del camino.

Yo soy un hombre luz, con tanta rosa,
con tanta claridad destinada
que llegaré a morirme de fulgor.

Y no divido el mundo en dos mitades,
en dos esferas negras o amarillas ... (ver texto completo)
Señora

Señora hay demasiados pájaros
En vuestro piano
Que atrae el otoño sobre una selva
Espesa de nervios palpitantes y libélulas

Los árboles en arpegios insospechados
A veces pierden la orientación del globo
... (ver texto completo)
Si eres rico, trabaja.

Si tienes que soportar injustas responsabilidades, trabaja.
Si eres feliz, continúa trabajando.

Si la ociosidad deja sitio para las dudas y los miedos: trabaja.
Si te invade la tristeza y las personas amadas no parecen verdaderas, trabaja.

Si estás decepcionado, trabaja.
Si dudas de tu fe y falla la razon, sólo trabaja. ... (ver texto completo)
Es la noble cabeza negra pena,
que en dos furias se encuentra rematada,
donde suena un rumor de sangre airada
y hay un oscuro llanto que no suena.
En su piel poderosa se serena
su tormentosa fuerza enamorada
que en los amantes huesos va encerrada
para tronar volando por la arena.
Encerrada en la sorda calavera,
la tempestad se agita enfebrecida
hecha pasión que al músculo no altera:
es un ala tenaz y enardecida
es un ansia cercada, prisionera,
por las astas buscando la salida.
R. M. ... (ver texto completo)
Aún deseo
mis antiguos tiempos
fetales,
en que fui pez
opalescente y ciego.
Mis tiempos de transparencias
líquidas
cuando la premonición
no se aglutinaba en mi garganta,
y el dolor
imponente me olvidaba.
Aún poseo
el dulce anhelo
del retorno al líquen,
al húmedo,
indefinible origen.
C. M ... (ver texto completo)
Hay en mi tierra un árbol que el corazón venera:
de cedro es su ramaje, de césped su verdor;
anida entre sus hojas perenne primavera,
y arrastra los turbiones que azotan la ribera,
añoso luchador.
M. C
A MI MADRE

Siempre he llevado la cabeza erguida,
siempre fue mi carácter recio y bravo;
y aún frente a frente del monarca mismo,
nunca mis fieros ojos se bajaron.

Mas, confesarlo debo ¡oh madre mia!
Si en tu presencia angelical me hallo,
mi soberbia altivez desaparece,
y humilde tiemblo a tu amoroso lado.

¿Es tu alma, acaso, que en secreto impulso
me rinde... tu alma noble que a lo alto
el vuelo tiende, y lo penetra todo?

¿O es quizás, el recuerdo de que, ingrato,
heri una vez tu corazón sencible,
el tierno corazón que me ama tanto?

Loco una vez, abandone tu lado
y al mundo me lancé tras la divina
ilución del amor, que en mis ardientes
amantes sueños realizar queria.

Busqué el amor por todos los caminos
lo mendigué con alma adolorida
de puerta en puerta; y sólo obtuve, sólo,
frio en el corazón, odios y risas,

Y ¡oh, sorpresa feliz, madre querida
vi en tus ojos brillar eterno y puro
el santo amor conque soñado habia.
H. H ... (ver texto completo)
Eres, moza garrida, como la tierra

Como la ruda tierra castellana

Que te ha visto nacer

Noble fuerte y sufrida

-.

Eres como tu tierra;

Lago de luz de nobles horizontes

Que recortan los montes

De la cecina sierra.

-

Retratas a Castilla

Al calor de sus campos se compara

El color de centeno de tu cara

Teñido de amapolas en tu mejilla

Copia su trigo el oro de tu pelo;

Pone el duelo en tus ojos el rocío,

Miro en ellos el fuego de su estío

Y el azul de su cielo.

-

Es tu anchurosa frente

Trasunto fiel de su veraz llanura;

Tu aliento me satura;

Es la brisa clara de su ambiente;

En la expresión conciertas

La paz de sus apriscos,

El ceño de los riscos,

La risa de sus huertas,

La triste opacidad de sus neblinas,

La luz de sus alegres alboradas

El frío de sus húmedas heladas;

El calor de sus lumbres campesinas;

Su miel, que en la colmena de tus labios,

Agujón punzante

De posibles agravios,

Su ciega sumisión a lo prescrito,

Su calma dócil, su bondad severa

La blandura asequible de su cera

Y la hosca solidez de su granito

-

Espejo de la tierra castellana

Que siendo moza, ya en tu pecho abrigas

Un corazón labrado por mil fatigas

Con surcos de besama;

Dulce como el albillo

Agria como la negra zarzamora,

Eres la castellana, la señora,

De tu propio castillo

L. M. K. ... (ver texto completo)
En el campo venturoso
donde con clara corriente
Guadalaviar hermoso,
dejando el suelo abundoso,
da tributo al mar potente,
Galatea, desdeñosa
del dolor que a Licio daña,
iba alegre y bulliciosa
por la ribera arenosa
que el mar con sus ondas baña, ... (ver texto completo)
Aquellas niñas hermosas
que en suma beldad conformes,
teniendo la tez cual nieve,
tengan los ojos cual soles,
y el alma sintiendo, tiernas,
herida de mal de amores,
tanto les falte de esquivas,
cuanto de bellas les sobre,
salgan al campo conmigo
ricas de gracias, adonde ... (ver texto completo)
Fue una clara tarde, triste y soñolienta
tarde de verano. La hiedra asomaba
al muro del parque, negra y polvorienta...

La fuente sonaba.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruido abrióse la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
golpeó el silencio de la tarde muerta.
En el solitario parque, la sonora ... (ver texto completo)
Después de que el destino
me ha hundido en las congojas
del árbol que se muere
crujiendo de dolor,
truncando una por una
las flores y las hojas
que al beso de los cielos
brotaron de mi amor.

Después de que mis ramas ... (ver texto completo)
Por las ramas del laurel
van dos palomas oscuras.
La una era el sol,
la otra la luna.
"Vecinitas", les dije,
" ¿dónde está mi sepultura?"
"En mi cola", dijo el sol.
"En mi garganta", dijo la luna.
Y yo que estaba caminando
con la tierra por la cintura
vi dos águilas de nieve
y una muchacha desnuda.
La una era la otra
y la muchacha era ninguna.
"Aguilitas", les dije,
" ¿dónde está mi sepultura?"
"En mi cola", dijo el sol.
"En mi garganta", dijo la luna.
Por las ramas del laurel
vi dos palomas desnudas.
La una era la otra
y las dos eran ninguna.
F. G. L ... (ver texto completo)
Debiera ser verdad, debiera el día
inundarse de luz como hoy lo veo,
con su gesto de sábado y ventanas
abiertas al rumor del oleaje:
caminas junto a mí, tu voz me alcanza
con su aliento de fruta y la cadencia
de tus pasos se funde con mis pasos
y no nos cabe el alma ni este puro
fervor de criaturas que el deseo
arroja hacia una playa que no existe. ... (ver texto completo)
NECESITO del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navios.
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.
No son sólo las conchas trituradas
como si algún planeta tembloroso ... (ver texto completo)
La copa de cristal, remanso suave,
de un agua cristalina, muda y quieta
rebosa, relumbrante de jazmines,
blanco maíz que su corriente lleva.
Esta esencia sutil que da a los aires,
embalsama el lugar de mis tareas;
un arrullo semejan de palomas
que el agua clara en el cristal bebieran...
Y el aroma fragante que despiden
es bálsamo que alivia las tristezas, ... (ver texto completo)
Huye el río, ciervo herido,
de algún montero mayor,
sangrando rojas adelfas
por islas de fango y flor.
Ramonenado en los álamos,
va huyendo del cazador
ciervo con satas de chopos
que empapa el agua en sudor.

A. V.
Sombra. El ambiente tibio que trasciende a la hierba
de pasto, el vaho de ubres que la noche conserva difuso.
Un raudal viene de sol, como una lanza de querubín,
del vano del umbral. La luz danza.
La silueta paciente de dos vacas dibuja
el reflector solar, en la oscuridad bruja.
A sus pies, de tenderse, hay en el suelo un bache.
Una es color de lumbre y la otra de azabache.
Como en el cuadro del arca de Noé, entre forrajes, cintos alpecho,
viven los más varios linajes ... (ver texto completo)
En las torres
amarillas,
doblan las campanas.

Sobre los vientos
amarillos,
se abren las campanadas.

Por un camino va
la muerte, coronada, ... (ver texto completo)
LOS SUEÑOS

El hada más hermosa ha sonreído
al ver la lumbre de una estrella pálida,
que en hilo suave, blanco y silencioso
se enrosca al huso de su rubia hermana.

Y vuelve a sonreír porque en su rueca
el hilo de los campos se enmaraña.
Tras la tenue cortina de la alcoba ... (ver texto completo)
Di, Panadera,
Panadera soldadera,
que vendes pan de barato,
quéntanos algún rebato
que te aconteció en la vera.

Di, Panadera.
Un miércoles que partiera
el príncipe don Enrique
a buscar algún buen pique ... (ver texto completo)
Dice la fuente...

No se callaba la fuente,
no se callaba...

Reía,
saltaba,
charlaba... Y nadie sabía
lo que decía,
... (ver texto completo)
LA MAÑANA DE SAN JUAN

La mañana de San Juan
Te pedí que saliéramos
Juntos a pasear
Por la orilla de la mar.

Por la orilla del mar, mi niña,
Juntos paseamos los dos.
Cogiditos de la mano ... (ver texto completo)
Canción

¡Toda mi miel
y toda mi delicia!
¡Toda mi infantil
malicia!
¡Toda alegría
y todo desazón!
¡Todo mi pequeño solar
junto al pino! ... (ver texto completo)
Al silencio de la noche

Sigo, silencio, tu estrellado manto
de transparentes lumbres guarnecido,
enemiga del sol esclarecido,
ave nocturna de agorero canto.

El falso mago amor con el encanto
de palabras quebradas por olvido
convirtió mi razón y mi sentido; ... (ver texto completo)
LA PALABRA

De pronto el viento que movía
las vestiduras y las almas
borra en un sueño de ala inmóvil
su rumorosa torre de alas.

Cada mujer y cada hombre
sólo en su sola huella marcha,
y se ignoran secretamente ... (ver texto completo)
La guitarra
hace llorar a los sueños.
El sollozo de las almas
perdidas
se escapa por su boca
redonda.
Y como la tarántula,
teje una gran estrella
para cazar suspiros,
que flotan en su negro ... (ver texto completo)
Dulce chopo,
dulce chopo,
te has puesto
de oro.
Ayer estabas verde,
un verde loco
de pájaros
gloriosos
Hoy estás abatido
bajo el cielo de agosto ... (ver texto completo)
Por las arboledas del Tamarit
han venido los perros de plomo
a esperar que se caigan los ramos,
a esperar que se quiebren ellos solos.

El Tamarit tiene un manzano
con una manzana de sollozos.
Un ruiseñor apaga los suspiros
y un faisán los ahuyenta por el polvo.

Pero los ramos son alegres,
los ramos son como nosotros.
No piensan en la lluvia y se han dormido,
como si fueran árboles, de pronto.

Sentados con el agua en las rodillas
dos valles esperaban al otoño.
La penumbra con paso de elefante
empujaba las ramas y los troncos.

Por las arboledas de Tamarit
hay muchos niños de velado rostro
a esperar que se caigan mis ramos,
a esperar que se quiebren ellos solos.
F. G. L ... (ver texto completo)
La tarde equivocada
se vistió de frío.
D etrás de los cristales,
turbios, todos los niños,
ven convertirse en pájaros
un árbol amarillo.

La tarde está tendida
a lo largo del río.
Y un rubor de manzana ... (ver texto completo)
La canción,
que nunca diré,
se ha dormido en mis labios.
La canción,
que nunca diré.

Sobre las madreselvas
había una luciérnaga,
y la luna picaba
con un rayo en el agua. ... (ver texto completo)
Alamicos del prado,
fuentes del Duque,
despertad a mi niña
porque me escuche;
y decid que compare
con sus arenas
sus desdenes y gracias,
mi amor y penas;
y pues vuestros arroyos
saltan y bullen, ... (ver texto completo)
Continuación.

“Y todos bien armados
de piedras, de navajas, de agijones,
de clavos, de punzones,
de palos por los cabos afilados
(de diversión y fiestas ya rendidos),
te embistan atrevidos,
y te quieten la vida con presteza,
consumando en el modo su fiereza”. ... (ver texto completo)