Claro que recuerdo aquellas esponjas anaranjadas que se ponian los mineros para bajar a la mina, pero me consta por los comentarios de mi padre, y porque alguna vez, como jugando me las puse, que era practicamente imposible respirar con ellas puestas. Ultimamente estoy un poco ausente, pues el ordenador de casa no me va muy bien, y en el trabajo no me queda mucho tiempo libre, pero cuando he leído tu mensaje no he podido resisitir la tentación de escribir, aunque sea desde el trabajo, pues recuerdo ... (ver texto completo)
Panta, cuanto me alegro de verte por aquí, el recuerdo que nos ha traido Feli ha hecho que digas algo a tus paisanos, los hijos de aquellos mineros que narras.
Un beso Pepi.
Un beso Pepi.