¿Alguno recuerda las tardes cuando comenzaba la
primavera, y Don Pedro, el maestro, mandaba a una chica que se llamaba Miqui a
comprar helados a su
tienda?
Y luego se salían los maestros a la
puerta con un tal D. Eugenio a comerse los helados y dejaban dentro a alguien apuntando a quien se portase mal, y al entrar, por cada rallita que tenías en la pizarra, te tocaba recibir un palmetazo...
Por cierto, Rafuki, soy la hermana de Antonio, el que se fue a la Guardia Civil!
Un Saludito!
Pili.