SOBRE CHOVINISMOS Y PAPANATISMOS
Un chovinista es quien manifiesta chovinismo, del francés “chauvinisme”, patriotismo fanático, aunque hoy día se ha suavizado por exaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero que, ojo, no debe confundirse con la, a veces, socorrida xenofobia, que es otra cosa.
El patriotismo es el amor a la patria, en su primera acepción o el sentimiento y conducta propios del patriota. Lo del amor a la patria, supongo que deberá reflejarse por obras, como casi todo, y no de boquilla como es el conocido patriotismo de algunos encumbrados en el mundo del deporte, espectáculo o finanzas, a los que luego les falta tiempo para invertir sus ahorros patrióticos lejos de la patria, en los llamados paraísos fiscales.
Me gusta más la segunda acepción, la del sentimiento y conducta que ha de reflejarse por buscar lo mejor para sus país y sus ciudadanos.
Patriotismo también emparenta con localismo (de local), en su 3ª acepción que lo explica como preocupación o preferencia de alguien por determinado lugar o comarca.
También se ha dicho del patriotismo que es la pérdida de individualidad en beneficio de un símbolo artificial, creado por la milenaria tendencia humana del dominio de una tribu sobre las otras.
Por otra parte, si hablamos de nuestro país, creo que era Gerald Brenan quien decía que España era el país del sentimiento exaltado de la “patria chica”.
Sobre estos conceptos se ha escrito largo y extenso y con tantas opiniones como gustos. Hay quien ha dicho que la patria es el último refugio de los pillos y creo que fue Vázquez Montalbán quien decía que la patria “son las cuatro esquinas en las que se ha meado”, de niño, supongo y añado, porque creo que se refería a la patria como sinónimo de la infancia (¿se referiría a la patria chica?).
Por el contrario, el papanatismo, de papanatas, es la actitud que consiste en admirar algo o a alguien de manera excesiva, simple y poco crítica.
Un papanatas, habría que añadir, es el que siente arrobamiento por todo lo foráneo, en detrimento de lo propio.
Y de esto habrá que continuar hablando, en otra ocasión, a propósito de nosotros mismos, los que andamos por estos terruños.
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