OPINIONES SOBRE LOS CLUBS DE JUBILADOS. DN lunes 7 de octubre de 2013.
MARIO GAVIRIA SOCIÓLOGO
“El club es una forma de aislarlos y eso no gusta”
“Hoy una persona de 65 años o más prefiere ir a cualquier bar antes que al club de los jubilados”. El sociólogo ribero Mario Gaviria lo tiene claro. “Los clubes nacieron como labor social de las cajas de ahorro que les permitía captar cartillas de pensionistas. Hubo un exceso de clubes, como de tantas otras cosas, fruto de una Navarra rica. Pero
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SIGUIENDO CON LAS OPINIONES SOBRE LOS CLUBS DE JUBILADOS.
JESÚS HERNÁNDEZ ARISTU SOCIÓLOGO DE LA UPNA.
“Son centros que se han quedado obsoletos”
“La evolución de la sociedad ha dado lugar a que la pluralidad de situaciones entre las personas a las que llamamos mayores sea cada vez más grande. El jubilado de hace treinta años eran una persona casi sin formación, que iba al centro de jubilados porque era co-mo permitirse algo después de una vida dura. Hoy, en general, el jubilado es una persona mucho más formado, con otras inquietudes. Y más un prejubilado, con 60 años o menos ”. El sociólogo de la UPNA Jesús Hernández Aristu defiende que los clubes de jubilados se han quedado “obsoletos” porque “tal y como fueron concebidos no pueden responder a las demandas de los nuevos jubilados”. La crisis, a juicio del experto, juega un papel destacado a la hora de que los jubilados dejen de participar en estos centros en el día a día y se limiten a aprovechar viajes y algunos servicios. “Al margen del cambio del perfil del jubilado en la última década, hay que tener en cuenta que muchos jubilados deben asumir de nuevo el rol de padres y madres de sus nietos, cuando no de alimentadores de sus hijos y nietos”. El sociólogo ahonda en su idea de que los clubes de jubilados deben renovarse. “Para empezar no deberían llamarse clubes de jubilados. Podrían llamarse centros de encuentro intergeneracional, en los que se asumieran labores tan importantes como el asesoramiento personal, servicios de atención a jóvenes y escolares desfavorecidos o solos”. El concepto de clubes por el que apuesta este sociólogo destierra la idea del centro como lugar para echar unas cartas y jugar al bingo. Apuesta por otras labores.
“Podrían ser centros de formación continua, de nuevas tecnologías, de creación de redes, centros de grupos de intereses comunes, por supuesto también actividades de ocio, viajes culturales, pero no en ‘mana-da’, sino diferenciados por intereses culturales, asesoramiento de la salud, de la alimentación, etc”.
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