
Mercedes González contesta al teléfono rápidamente, como si estuviera esperando a que alguien la llamara para poder contar la historia que su madre le narró antes de morir. Es la historia de su tío, Dionisio Martínez, que siendo solo un niño conoció la muerte. Su crimen, ser hijo de un hombre de izquierdas. Había regresado al pueblo por vacaciones y esos dos meses de verano eran la antesala de su adolescencia. En septiembre iba a cumplir 14 años y empezaría a estudiar en otro colegio, el de San Juan ... (ver texto completo)