S. RAMOS
Santa Águeda, la fiesta de las mujeres por excelencia cambió ayer el panorama de los pueblos de la comarca del Vino que amanecieron con densa niebla amenazando así deslucir el variopinto escaparate que ofrecía la amplia variedad de trajes tradicionales que lucían con arrebato las aguederas de la zona.
Manteos, rodaos, hermosas camisas de lino bordadas a mano, gabachas, tapaculos o cintas adornando la cabeza encajaban de maravilla en la damas, quienes lejos, ayer, del quehacer cotidiano ... (ver texto completo)
Santa Águeda, la fiesta de las mujeres por excelencia cambió ayer el panorama de los pueblos de la comarca del Vino que amanecieron con densa niebla amenazando así deslucir el variopinto escaparate que ofrecía la amplia variedad de trajes tradicionales que lucían con arrebato las aguederas de la zona.
Manteos, rodaos, hermosas camisas de lino bordadas a mano, gabachas, tapaculos o cintas adornando la cabeza encajaban de maravilla en la damas, quienes lejos, ayer, del quehacer cotidiano ... (ver texto completo)