Hola Abuelo: Lo tenía olvidado y me lo has traído a la memoria. Recuerdo al "dormilón" que, a partir de entonces, se le conocía como "El Maqui" y lo recuerdo porque pasaba con frecuencia a la guarnicionería de mi padre, cuando trabajaba para la tía Dorotea. Por cierto que citábamos en familia el brillo de "los morros" que lucía después de cenar. No utilizaba servilleta, ni siquiera el tan socorrido anverso de las manos. Un abrazo