Las personas susceptibles suelen saltar ante cualquier comentario, y piensan constantemente que están hablando de ellas.
Son personas muy frágiles emocionalmente y con baja autoestima teniendo entre otras características, la necesidad irrevocable de ser el centro de atención
Las personas susceptibles, normalmente, han recibido una educación en la que se les ha exigido mucho. En la que no se premiaban las cosas buenas y positivas, y sí se penalizaban todos los errores cometidos.
Las exigencias que las persona susceptibles han interiorizado en su infancia, se convierten más tarde en pretensiones que hacen que no puedan disfrutar de sus aspectos positivos. En definitiva, no les permiten relajarse.
Todos sus esfuerzos se centran en ofrecer a sus padres una imagen perfecta, acorde a las pretensiones paternas. Cuando estos hacen algún comentario, aunque sea pequeño, sobre alguna imperfección de su hijo, la imagen que desean ofrecer se tambalea.
Estas personas tienen la necesidad de ser el centro de atención. Les molestan todos los comentarios y críticas, y tienden a malinterpretar las conversaciones. Tienen un carácter agresivo que no pueden reconocer.
Posiblemente para que este rasgo de susceptibilidad se diese en menor medida, en su educación se debería haber valorado cada uno de los aspectos de su persona, los positivos y los negativos.
Las personas susceptibles, son tan frágiles como el cristal. Con un comentario negativo hacia ellos se podrían derrumbar. A pesar de ello, estas personas suelen estar atentas a todo lo que se dice de ellas, y les pueden molestar cualquier comentario, incluso los hechos por alguien que apenas conocen. Se torturan dándoles vueltas y vueltas a esas críticas hacia su persona.
Las palabras de los demás son muy importantes para ellos, ya que tienen una falta de criterio sobre sí mismos, y éstas, aunque malas, le dan seguridad. Cuando los comentarios que reciben son negativos, no los aceptan porque el enfrentamiento a ellas sería algo demasiado doloroso, ya que tendrían que reconocer sus carencias y limitaciones.
La persona susceptible se encuentra en una constante lucha entre una necesidad exacerbada de reconocimiento externo y algo que no conoce, como es la crítica exigente e interna que se hace a sí misma y que no le deja vivir. A pesar de que a este tipo de personas se le hagan comentarios positivos y halagos, estos son tenidos en cuenta en menor medida que las críticas que le hacen tanto daño y que, inconscientemente, quiere que le hagan. En ocasiones, una gran parte de sus enfados son debidos a que no piensan mucho en lo que la otra persona les está diciendo y en la razón por la que la dicen.
A las personas susceptibles, para que se sientan a gusto, se las ha de tratar con mucha delicadeza. Ante un malentendido, esta persona siempre se pondrá en el lado de la víctima y siempre esperará que sea a ella a la que se pida perdón. Demandan que sean comprensivos con ellos, aunque ellos mismos suelan ser bastante intolerantes.
La susceptibilidad es un rasgo que caracteriza a algunas personas. Los que les rodean lo sufren, ya que son personas bastante irritables, que saltan ante cualquier comentario. Pero, en realidad, son ellas mismas las que más padecen este rasgo de su personalidad
Los susceptibles suelen estar en constante monólogo con su persona, echándose en cara diferentes situaciones. Tergiversan los comentarios de los demás y, aunque les aclaren el malentendido, ellos continúan pensando de igual forma.
Un abrazo, amigos de Soria
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