Antiguamente la fiesta principal de este pueblo se celebraba, con toda la solemnidad posible, lçs días 5 y 6 de febrero en honor de Santa Agueda, titular de la parroquia.
Un año se hizo coincidir la inauguración de la instalción de luz eléctrica y hubo que volver a carburos, candiles, etc, porque se fundían todas las bombillas encendidas.
Por un error en el transformador se recibía mucho mayor voltaje del conveniente.

Era el atajo que los habitantes de este lugar usaban, frecuentemente, para ir al mercado y ferias de Villadiego.
En la década de los años 20 del pasado siglo una tarde de crudo invierno regresaban algunos. Habiendo ya pasado el portillo era tal la tormenta de cellisca que les impidió reconocer el camino del pueblo a pocos centenares de metros de la casa propia.
Derrotados por sentirse perdidos y los remolinos de tan gélido viento perecieron en la noche.
Se salvó uno porque se topó, en la obscuridad ... (ver texto completo)