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Hay quienes definen democracia diciendo que es el sistema político basado en el imperio de la ley.
Ahí es ná.
Estaremos de acuerdo mocita, en que si no respetamos las normas que el tiempo y la siempre difícil convivencia entre personas con ideas e intereses contrapuestos basados, unas veces en esas ideas y otras, en hacer valer lo que económicamente considere que más le beneficia, estaríamos ante la ley de la selva, donde siempre sobrevive el que más recursos tiene, el más astuto o el más fuerte.
Desde los inicios de la convivencia entre humanos, se han producido estas luchas entre diferentes intereses y poco a poco, a medida que éramos más gente las que nos disputábamos el terreno y lo que de el se podía sacar, ha habido enfrentamientos y, naturalmente, muertes de unos a manos de los otros, que se quedaban con todo hasta que otro individuo o grupo de ellos, hacía lo mismo que los otros antes hicieron. O sea, eliminar a la competencia.
En esta nuestra memoria histórica que tenemos desde hace unos dos mil años o así, podemos empezar la saga diciendo que Caín le endiñó a Adán un fuerte golpe en la cabeza para quitárselo del medio, luego surgió la tribu, el clan, la junta de clanes, las hordas, los ejércitos. Y detrás, gente, personas que instigaban desde la retaguardia dotando de ideales a todos los que, al fin y al cabo, sólo son o eran, simples muñecos construidos para matar o morir defendiendo lo que a los agazapados más le interesaba.
Poco a poco, el mundo se fue rellenando de personas y complicando las relaciones entre ellas, unas mas zorras o más listas que las demás, pero todas disputándose los recursos naturales, claro que unas los acaparaban y acaparan y las demás pugnan entre sí por las migajas. Y he aquí el gran invento, el quid, porque sin que nadie se diese cuenta, se aceptó como natural, que había y hay seres superiores que desde el momento de su concepción, están destinados a guiar a todos los demás y a disfrutar holgadamente y sin trabas de todo lo que se considere bueno, en todas sus formas, mientras que el resto, están obligados a hacer todo aquello que, de acuerdo con sus criterios, más interesa a los superiores en cada momento. Para ello, a lo largo de los siglos, se han hecho y deshecho normas, no solo para evitar que nos matásemos los unos a los otros, sino también, para que quede claro el principio de que esas entes tienen esos derechos naturales y por ende y dada su categoría, capacidad para enviar a la lucha y a la muerte en defensa de sus conveniencias, a los inferiores en rango.
Por no salir de las Españas, ni remontarnos a la época en que los mahometanos ocuparon unos territorios controlado por los visigodos, que antes habían desalojado de los órganos de gestión a quienes lo controlaban y que, a lo largo de mucho siglos después, mataron entre si y enviaron a
matar y morir peones, reyes y torres, hasta que consiguieron por fin, hacerse dueños otra vez, de lo que consideraban suyo por saben los dioses qué arte de birlibirloque, vemos que hoy, ahora mismo, estamos en la misma brega, por aquí y en todas partes. Unos bandos dirigen el juego e unos territorios y otros en otros. Eso sí, morir, siempre mueren los tontos, los que se disputan entre sí las migajas. Sea en Iraq, Kazaquistan, Guayaquil o el almendral sin muchas almendras dulces.
Habrá y hay, gente a quienes les interese quitar del medio al juez Garzón, otros derribar Pueblo Nuevo del Mar hoy Cabanyal para hacer una calle más grande con casas nuevas que ellos construirán y harán pagar o, remodelar grandes avenidas en grandes ciudades. Otros, serán capaces de vender su alma suponiendo que tengan, a la mismísima encarnación del mal, Gürtel, para aprovecharse de los dineros que entre todos sacan del bolsillo de los obligados a pagarlo todo y a morir por su causa si lo consideran necesario.
Entre tanto, sigue la ceremonia de la confusión y embarcan en discusiones sin fin, al común de los mortales. Como diría el primo ese tan famoso que tiene nuestro paisano Piri.
Salud.
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