Yo tengo como vocación frustrada no haber sido pastor, quizás suene algo pedante o demagógico decir esto en este momento, pero es cierto. De niño solía acompañar a pastores de la zona, uno de ellos el tito Juan, que luego emigró como tantos otros a tierras catalanas, de donde ya nunca regresó. Lo escuchaba y observaba, siempre atentamente, y poco recuerdo ahora desgraciadamente, pero me quedó algo imborrable para siempre, la solemnidad con que trataba a los animales y el respeto que tenía por todo lo que había en el campo. Fue un hombre íntegro, de palabra, que siempre se fue ganando el respeto de todos, trabajando duro para sacar adelante a su numerosa prole. Quedará para siempre en la memoria como un hombre cabal.
Creo que fue él al primero que le oí una cancioncilla, que luego también me recitaba mi padre y otros tíos. Decía algo así, tal vez la modifique en algunas cosas.
“ Pastor de la Zamarrilla, cuántos panes te has comido, cuatro panes y un panete, un burro hecho tajás, las tripas de un lagarto y aún no me veo “jarto”. (había algo más que se comió el hambriento pastor que no logro recordar…)
Quizás el amigo Santiago, compilador de la cultura popular, amante de lo mejor de la tradición, pueda ayudar y recordar o recuperar este poemilla popular.
... (ver texto completo)