Mi cuerpo ha retomado la energía.
Muy muerto me sentí, mas estoy vivo.
La enfermedad pasó, de nuevo escribo
mis versos con afán, con energía.
Recuerdo mi tristeza todavía
y el miedo que sentí. Tuve motivo:
El día tuvo poco de festivo,
pensé con gran temor que me moría.
Lo malo vino luego, pues mi mente
mil vueltas le pegaba a la impotencia.
Al ver a una mujer, tan solamente
venía a mi memoria la experiencia
de tiempos ya pasados, pero hoy siente
de nuevo el corazón con impaciencia.
Doy gracias a la Ciencia
y a Dios que tal milagro en mí han logrado.
Mis nietos obtendrán mayor legado.
No les podré dejar fortuna ni dinero,
soy pobre por tener mala cabeza.
Mas no podrán decir que por pereza,
que supe trabajar y con esmero.
La suerte me fue ingrata, pero espero
opinen que la gloria y su grandeza
sin duda valen más que la riqueza
y al cabo su valor no es pasajero.
Que piensen que su abuelo fue un poeta
de fama más o menos conocida.
No constará en mi herencia una peseta,
mas hay otros joyeles en la vida.
Pues puede valer más una cuarteta
que queda para siempre y no se olvida.
Así que no se mida
mi herencia por lingotes, les imploro.
¡Mis versos pueden ser mayor tesoro!
... (ver texto completo)