Con lo de la matanza me estais haciendo recordad algunas cositas dormidas en "mi masa gris"; lo de subir a la cámara y ver las sogas llenas y la artesa de la sal con las piezas, que luego podíamos saborear, con todas las cosas esas que contais, os lo voy a dejar a vosotros, yo me voy a dedicar hoy a contaros una anécdota: Una de tantas veces de las que me mandaban a la cámara por viandas, siempre tenía por costumbre comerme una serba de las que había en el troje de la cebada, pero teniamos una gata ... (ver texto completo)
Supongo que las condiciones lumínicas de la cámara y, quizás algún "resfriaíllo" no te privaron de la degustación de la falsa serba. Por eso no me extraña nada, conociendo el carácter extravagante de los gatos, que le diérais gusto en apuntarlo a un curso de parapente. Jose.