A los niños nos gustaba entonces ir montados en los trillos por diversión (como su fuesen un tiovivo) y nuestros padres no ponían inconveniente, pues nuestro peso convenía, siempre y cuando no diésemos demasiada lata.
Un abrazo.
un saludo te mando ABUELO dese mis tierras burgalesas pues he visto las
fotos que tenis aqui que son un lujo para la vista y el recuerdo y tus
mensajes
sigue asi. Un saludo de Jose maria