Pues si Maria, te acompaño en el ruego que le haces a nuestra
Virgen de la Cuesta y no tengo dudas que a los que ya no están fisicamente con nosotros les ha ayudado en su viaje y les protege, como a todos nosotros. La devoción por la Virgen me la inculcó mi madre desde muy pequeña y siempre la he tenido, es nuestro consuelo en los momentos duros que tiene la vida.
Besos y ánimo para los que necesitan de ese consuelo. Clarisa