Hola a todos; quedé en decirle a Pedro porque estaba de acuerdo con él, en que todos llevamos dentro un pequeño dictador, pero no sabía cómo explicarlo. No me valen las explicaciones de los entendidos. Quedo más conforme con mi percepción de los temas, son toscos, sin pulir, pero son los míos. Y me fio más de mi intuición de autodidacta, que de las enseñanzas adquiridas por adoctrinamientos. Parto de la base de que ninguna idea es neutral, si lo fuera, sería inadmisible que un izquierdista recalcitrante tuviera mansiones, yates y otras riquezas. No porque no sea lícito, es que sería incompatible con sus principios y su predicamento. Pero es: “haz lo que digo, no hagas lo que hago”. A pequeña escala, todos somos dictadores, y si podemos engañar lo hacemos. Por ejemplo, te ofrecen un producto con IVA y otra sin él, y eliges el segundo. Tú sabes que eso es ilícito y lo haces. ¿Si se eso se pone a tiro a mayor escala lo rechazas? No. Entonces no me diga nadie que es justo, y que hay formaciones limpias, ya no, porque no lo creo. Los adoctrinados te darán mil razones, la maquillaran. A las toscas como yo no nos valen las palabras rimbombantes, solo entendemos sí o no. Decididamente ninguno es limpio, por acto o por omisión, de lo que hacemos nosotros mismos y de lo que dejamos hacer a los demás, haciendo la vista gorda. Eso no lo hace un buen ciudadano. Admitamos la parte que nos corresponde de culpa en este tinglado. Porque quien calla otorga, y yo misma me acuso de haber tragado mucha bilis, cuando veo personas más pudientes que yo, que han hecho carrera sus hijos sin gastarse un duro, y le salía la declaración siempre a devolver, tenían gente trabajando como esclavos sin declarar, y encima se jactaban de ello en mi morro. Y yo, en vez de hacerme mala sangre, si hubiera sido una buena ciudadana, lo que tenía que haber hecho es denunciarlo, sino tanto peco por hacerlo, como por ocultarlo. Solo puedo decir en mi descargo, que soy tonta de remate.
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