…. Por eso, cuando el Icona me sugirió la posibilidad de un permiso de turista para el coto de Garaño, en el Luna, me apresuré a aceptarlo, más bien por curiosidad ya que en el fondo de mi corazón estaba persuadido de que el Luna nunca podría darme las satisfacciones que podrían darme, pongo por caso, los archifamosos Órbigo, Esla o Porma. Bueno, pues me equivoqué. El Luna me dio no sólo lo que no me ha dado hasta ahora ningún otro río, ni en León ni en ninguna parte –el cupo en una hora escasa-, ... (ver texto completo)