Sesenta días de confinamiento han bastado, para pasar de la
lluvia fina del sonido de los aplausos al ruido ensordecedor de las caceroladas.
De lo que nos unió a tod@s apoyando y dando ánimo a sanitarios primero y después a policías, dependientes de los supermercados, transportistas... a lo que nos separa.
De los
balcones a las
calles, del Resistiré al Himno de
España.
De una España unida a las dos de Machado.
Desde luego éste bicho ha sabido sacar lo mejor y lo peor de la condición humana.
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