Bueno, ya sabéis que los pastores somos muy religiosos. En la naturaleza y en los niños, Dios se muestra inequívoco. Nos es de extrañar que sea a nosotros a quien se nos aparece la madre de Dios, siempre en lugares naturales extraordinariamente bellos. Es por eso que este maravilloso día otoñal me he acordado de este pasaje del Evangelio de Juan:
“Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío muy reconocido y respetado por su pueblo. Nicodemo, aunque culto, formado y creyente, ... (ver texto completo)
“Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío muy reconocido y respetado por su pueblo. Nicodemo, aunque culto, formado y creyente, ... (ver texto completo)