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Mensajes de PETRES (Valencia) enviados por Victoria Serna,:

Enrique Durán

El madrigal de los ojos verdes

De verdes varios, tallada
en mil facetas, la huerta,
el bello paisaje amado
que nuestra dicha contempla.

Verde el agua en los regajos, ... (ver texto completo)
Enrique Díez-Canedo

Oración en el jardín

Yo me quiero morir como se muere
todos los años el jardín, y luego
renacer de igual modo que renace
todos los años el jardín. Se han ido
los pájaros; volaron, pero no tenían alas.
No me quiero morir como las hojas, ... (ver texto completo)
Enrique Díez-Canedo

Mar pagano

La voz del mar es un clamor de furia,
de paroxismo. En el temblor del agua,
con espasmos de amor y de lujuria,
tal vez un mito divinal se fragua.

Líquidas trallas baten los cantiles; ... (ver texto completo)
Enrique Azcoaga

Otra vez Dios

¡Otra vez Dios!

¡Otra vez Dios!... De nuevo la mañana.
De nuevo su pureza conseguida.
De nuevo en mi tarea, la encendida
propuesta de una estrofa soberana.

Florece el corazón. Cunde la sana
canción de lo que nace. Todo olvida.
La luz cae sobre el alma esclarecida
y el alma la acrecienta en su campana.

Naciendo está el amor, ¡oh dulce instante!
Posible es la bondad, Dios es posible...
La muerte y el dolor, mudos despojos.

Hay un silencio nuevo. Una fragante
promesa de ventura preferible...
Sólo recuerdo el valle de tus ojos. ... (ver texto completo)
La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices (Albert Einstein)
La belleza es aún más dificil de explicar que la felicidad (Simone de Beauvoir)
Mucho mas que los intereses es el orgullo quien nos divide (Auguste Comte)
No se muere mas que una vez, y es para mucho tiempo (Jules Renard)
Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de direccion (Francis Picabia)
No se muere mas que una vez, y es para mucho tiempo (Jules Renard)
Necio es aquel que ni siquiera tiene el ingenio preciso para ser fatuo (Jean de La Bruyère)
Vivimos de nuestros deseos más que de nuestras obras (George Moore)
Todas las cosas ya fueron dichas, pero como nadie escucha es preciso comenzar de nuevo (Andre Gide)
Necio es aquel que ni siquiera tiene el ingenio preciso para ser fatuo (Jean de La Bruyère)
Todas las cosas ya fueron dichas, pero como nadie escucha es preciso comenzar de nuevo (Andre Gide)
Banderillas al quiebro.
Cose el mihura
el arco que le enhebro
con la cintura.

Torneados en rueda,
tres naturales.
Y una hélice de seda
con arrabales.
... (ver texto completo)
En hombros por tu orilla,
Torre del Oro.
En tu azulejo brilla
sangre de toro.

Si salgo en la Maestranza,
te bordo un manto,
Virgen de la Esperanza,
de Viernes Santo.
... (ver texto completo)
Zapatilla escotada
para el estribo.
Media rosa estirada
y alamar vivo.

Tabaco y oro. Faja
salmón. Montera.
Tirilla verde baja
por la chorrera.
... (ver texto completo)
Banderillas al quiebro.
Cose el mihura
el arco que le enhebro
con la cintura.

Torneados en rueda,
tres naturales.
Y una hélice de seda
con arrabales.
... (ver texto completo)
Guadalquivir tan verde
de aceite antiguo.
Si el barquero me pierde
yo me santiguo.

La puente no la paso,
no la atravieso.
Envuelto en oro y raso
no se hace eso.
... (ver texto completo)
Zapatilla escotada
para el estribo.
Media rosa estirada
y alamar vivo.

Tabaco y oro. Faja
salmón. Montera.
Tirilla verde baja
por la chorrera.

Capote de paseo.
Seda amarilla.
Prieta para el toreo
la taleguilla.

La verónica cruje.
Suenan caireles.
Que nadie la dibuje.
Fuera pinceles ... (ver texto completo)
Relumbrar de faroles
por mí encendidos.
Y un estallido de oles
en los tendidos.

Arenal de Sevilla,
Torre del Oro.
Azulejo a la orilla
del río moro.
... (ver texto completo)
Guadalquivir tan verde
de aceite antiguo.
Si el barquero me pierde
yo me santiguo.

La puente no la paso,
no la atravieso.
Envuelto en oro y raso
no se hace eso.
... (ver texto completo)
Gerardo Diego

TORERILLO EN TRIANA

Torerillo en Triana,
frente a Sevilla.
Cántale a la sultana
tu seguidilla.

Sultana de mis penas ... (ver texto completo)
Relumbrar de faroles
por mí encendidos.
Y un estallido de oles
en los tendidos.

Arenal de Sevilla,
Torre del Oro.
Azulejo a la orilla
del río moro.
... (ver texto completo)
Gerardo Diego

TORERILLO EN TRIANA

Torerillo en Triana,
frente a Sevilla.
Cántale a la sultana
tu seguidilla.

Sultana de mis penas ... (ver texto completo)
Ernesto Mejía Sánchez

La sonrisa

Vale tan poco una sonrisa
que darla cuesta nada y sí
negarla, mucho. Una sonrisa,
una sonrisa inmerecida, no tiene
precio ni en el cielo ni en la tierra.
Una sonrisa gratuita, pura ... (ver texto completo)
De entre los dos, el mejor sistema filosófico es el de Jesús: el sistema de la benevolencia (Carlo Dosi)
Lo que más necesitan las democracias es que los electores acudan a votar con la misma profusion con que se presentan los candidatos (Anónimo)
La cosa que mejor hacemos, desearía nuestra vanidad hacerla pasar por la más dificil. Esto puede explicar el origen de muchas morales (Friedrich Nietzsche)
Lo que más necesitan las democracias es que los electores acudan a votar con la misma profusion con que se presentan los candidatos (Anónimo)
Hola Antonio sabes una cosa lo mejor es pasar de ciertas personas, asi lo hago yo, tu entra donde quieras y pon tus poesias, y pasa de ciertos comentarios,
Yo tambien te leo, y me gustan tus poesias,
Ya sabes a palabras necias oidos sordos, te lo digo yo, que por desgracia se metieron mucho con migo, ahora paso de todos y ni caso a los comentarios,,,,,, de verdad es lo mejor, al final se cansan y te dejan tranquila
Yo entro en este pueblo, por que lo conocco, ya que tienen casa mis hijos, mi yerno ... (ver texto completo)
El secreto mejor guardado es el secreto que todos conocen y del que nadie habla (Lawrence Lipton)
Ernestina de Champourcin

Tú no sabes aún

Tú no sabes aún que he cercado tu orilla,
que sueñas por la noche el color de mis ojos,
que tus manos en sombra
dirigen su tanteo hacia mi soledad.

¡Ignóralo así siempre! ... (ver texto completo)
Ernestina de Champourcin

Amor de cada instante...

Amor de cada instante...
duro amor sin delicias: cadena, cruz, cilicio,
gloria ausente, esperada,
gozo y tortura a un tiempo;
realidad de los siglos, gracias por ser y estar
en el nunca y el siempre. ... (ver texto completo)
Buenas tardes Antonio,
Un placer, que nos saludes y dejes tus poesias
Un abrazooooooooooooooooooooo
José Emilio Pacheco

Horas altas

En esta hora fluvial
hoy no es ayer
y aún parece muy lejos la mañana

Hay un azoro múltiple
extrañeza
de estar aquí de ser
en un ahora tan feroz
que ni siquiera tiene fecha

¿Son las últimas horas de este ayer
o el instante en qeu se abre
otro mañana?

Se me ha perdido el mundo
y no sé cuándo
comienza el tiempo
de empezar de nuevo

Vamos a ciegas en la oscuridad
Caminamos a oscuras
en el fuego ... (ver texto completo)
José Emilio Pacheco

El silencio

La silenciosa noche. Aquí en el bosque
no distingo rumores, no, de ninguna especie.
Los gusanos trabajan.
Los pájaros de presa hacen lo suyo
(seguramente).
Pero no escucho nada. ... (ver texto completo)
José Emilio Pacheco

Tratado de la desesperación: los peces

Siempre medita el agua del acuario
Piensa en el pez salobre y en su vuelo
reptante
breves alas de silencio
El entrañado en penetrables líquidos
pasadizos de azoque ... (ver texto completo)
José Emilio Pacheco

La materia deshecha

Vuelve a mi boca, sílaba, lenguaje
que lo perdido nombra y reconstruye.
Vuelve a tocar, palabra, el vasallaje
con tu propio fuego te destruye.

Regresa, pues, canción, hasta el paraje
en donde el tiempo acaba mientras fluye.
No hay monte o muro que su paso ataje:
lo perdurable, no el instante, huye.

Ahora te nombro, incendio, y en tu hoguera
me reconozco: vi en tu llamarada
lo destruido y lo remoto. Era

árbol fugaz de selva calcinada
palabra que recobra en su sonido
la materia deshecha del olvido. ... (ver texto completo)
José Elgarresta

Anciano en la playa

¿Dónde fue ese vigor tumultuoso?
¿Ese romper las olas con el pecho?
Y al mismo tiempo esa sutileza,
ese oler la hierba mojada
que tras de sí deja la tormenta,
antes incluso de que ésta llegue. ... (ver texto completo)
Sin ti, madre, la vida sería un don maldito;
una infame limosna de la carne sufriente;
pero tu amor, es rosa y es cristal inaudito,
es la divina música y es pensarosa fuente.

Hace ya muchos siglos que te vivo y te siento.
Mi tristeza es belleza de un extraño destino,
hacia ti me llevaba este o esotro viento,
hacia tu eternidad ese o aquel camino.
... (ver texto completo)
Por ti, la raza humana, madre, se transfigura
ante mis pobres ojos, por tu amor se redime
la carne y la pasión. Por tu inmensa dulzura
nació en mi la piedad para el hombre que gime.

¡Dolor de ser tan triste y tener que ser bueno
porque siempre en mi frente siento que están tus manos!
¡Dolor de ser dulzura para tanto veneno
y de tener el alma puesta en astros lejanos!

¡Dolor, madre, dolor, de escribir mi elegía
por darte en rosas pálidas un secreto tesoro!
¡Dolor, madre, del canto que profanará un día
un mendigo, un tirano y el becerro de oro!

¡Dolor, madre, dolor de tener que cantar
porque un nudo fatal se anuda a la garganta,
dolor de no poder odiar, y amar, amar
a un pueblo vil que deja poner en sí la planta!

¡Dolor, madre, dolor de tener que vivir
y amar la vida cuando lo vulgar mancha el mundo;
y dolor de saber que se ha de revivir
sobre una tierra pura que mancha el rico inmundo! ... (ver texto completo)
Desde aquí sueño, Madre, con el sol bondadoso
que viste de oro diáfano al mendigo harapiento,
con las vastas llanuras, con el cielo glorioso,
con las aves errantes, con las aguas y el viento.

La libertad del niño que juega sobre un prado,
del ave que las brisas riza con grácil vuelo;
del arroyo que canta, corriendo alborozado;
del astro pensativo bajo infinito cielo.
... (ver texto completo)
Sin ti, madre, la vida sería un don maldito;
una infame limosna de la carne sufriente;
pero tu amor, es rosa y es cristal inaudito,
es la divina música y es pensarosa fuente.

Hace ya muchos siglos que te vivo y te siento.
Mi tristeza es belleza de un extraño destino,
hacia ti me llevaba este o esotro viento,
hacia tu eternidad ese o aquel camino.
... (ver texto completo)
II
Y pienso que algún día sobre la faz del mundo
una justicia nueva romperá viejas normas
y un futuro inefable, justiciero y profundo
imprimirá a la vida nuevas rutas y formas.

Desde esta Cárcel sueño con el vasto futuro,
con el tierno solloza que aún palpita en las cunas,
con las voces divinas que vibran en el puro
cielo bajo la luz de las vírgenes lunas. ... (ver texto completo)
Desde aquí sueño, Madre, con el sol bondadoso
que viste de oro diáfano al mendigo harapiento,
con las vastas llanuras, con el cielo glorioso,
con las aves errantes, con las aguas y el viento.

La libertad del niño que juega sobre un prado,
del ave que las brisas riza con grácil vuelo;
del arroyo que canta, corriendo alborozado;
del astro pensativo bajo infinito cielo.
... (ver texto completo)
José Domingo Gómez Rojas

Protestas de piedad

I

En esta Cárcel donde los hombres me trajeron,
en donde la injusticia de una ley nos encierra:
he pensado en tumbas en donde se pudrieron
magistrados y jueces que hoy son polvo en la tierra. ... (ver texto completo)
II
Y pienso que algún día sobre la faz del mundo
una justicia nueva romperá viejas normas
y un futuro inefable, justiciero y profundo
imprimirá a la vida nuevas rutas y formas.

Desde esta Cárcel sueño con el vasto futuro,
con el tierno solloza que aún palpita en las cunas,
con las voces divinas que vibran en el puro
cielo bajo la luz de las vírgenes lunas. ... (ver texto completo)
José Domingo Gómez Rojas

Protestas de piedad

I

En esta Cárcel donde los hombres me trajeron,
en donde la injusticia de una ley nos encierra:
he pensado en tumbas en donde se pudrieron
magistrados y jueces que hoy son polvo en la tierra.

Magistrados y jueces y verdugos serviles
que imitando, simiescos, la Justicia Suprema
castraron sus instintos y sus signos viriles
por jugar al axioma, a la norma, al dilema.

Quisieron sobre el polvo que pisaron, villanos,
ayudar al Demonio que sanciona a los muertos
por mandato divino y en vez de ser humanos
enredaron la urdimbre de todos los entuertos.

Creyeron ser la mano de Dios sobre la tierra,
la ira santa, la hoguera y el látigo encendido,
hoy duermen olvidados bajo el sopor que aterra,
silencio, polvo, sombra, ¡olvido! ¡olvido! ¡olvido! ... (ver texto completo)
José Domingo Gómez Rojas

Miserere

La juventud, amor, lo que se quiere,
ha de irse con nosotros. ¡Miserere!

La belleza del mundo y lo que fuere
morirá en el futuro. ¡Miserere!
... (ver texto completo)
José Domingo Gómez Rojas

Día de lluvia

(En el puerto)

Hay algo de tristeza en el paisaje
la mañana
penetra con su luz por mi ventana
a mi ser interior y es como ultraje ... (ver texto completo)
José Domingo Gómez Rojas

Como el mar

'The Image of Eternity: the sea'
Lord Byron.

Dedicada al poeta que ha comulgado con las multitudes: Víctor Domingo Silva.

Como oleadas que se agitan, ... (ver texto completo)
Manuel Martínez de Navarrete

A una inconstancia

Suspende, fuentecilla,
tu ligera corriente,
mientras que triste lloro
mis ya perdidos bienes.

¿Cuántas veces, estando
en tus orillas verdes,
Lisi me aseguraba
su amor hasta la muerte?

Aquí su diestra mano,
más blanca que la nieve,
en esta arena frágil
escribió muchas veces:

'Primero ha de tornarse
el curso de esta fuente
que a su Salicio quiere.'

Mas tus promesas, Lisi,
no han sido menos leves
que el papel que escogías
para firmarlas siempre.

Las letras se borraron
por los soplos más tenues
del viento, y tus promesas
por lo que tú quisieres.

¡Ay, contentos soñados
de prometidos bienes!
¡Ay, inconstancia propia
de fáciles mujeres! ... (ver texto completo)
Pedro Granados

En vez de moscas...

En vez de moscas, lagartijas;
en vez de polillas, murciélagos;
en vez de hormiguitas, hormigotas.
Así es mi habitación, aquí,
en Santa Cruz de la Sierra.
Y sin embargo, uno a todo se adapta. ... (ver texto completo)
Pedro Granados

Madreselvas para Martín Adán

Ahora que somos
sombra y paso,
mirada y desvío,
sermón y pecado.
Ahora que el mudo muda
por enésima vez de expresión ... (ver texto completo)
Pedro Granados

Hojita delicada...

Hojita delicada
de papel. Lacerada hermana.
Sobreviviente. Anónima.
Fría sobre el vidrio
de este escritorio. Cerrada.
Evasiva muchacha que en día.
Muchacho que un día.
Violentada. Presa. Rota.
Confidente hermana.. Beldad
nocturna. Franja
de la espuma de la playa.
Tú que eres estos ojos..
Tú que eres mi puerta, mi puerto,
mi compañera.
Tú que sopesas esta masa de amor negro
que es mi alma.
Tú que devuelves el dardo
y asimismo la aljaba.
Oh torre silenciosa.
Oh silencioso pinar.
Oh mi hermanita, mi igual,
mi paisana auténtica. Mi hija
generosa. Mi castísima beata. ... (ver texto completo)
El hombre recorre el mundo buscando lo que necesita y vuelve a su casa a encontrarlo (George Moore)
Quienes buscar la verdad merecen el castigo de encontrarla (Santiago Rusiñol)
Lo mas seguro es dar de cada uno algo que defender (Georges Clemenceau)
A la sombra de un hombre célebre existe siempre una mujer que sufre (Jules Renard)
En cuanto a la adversidad, dificilmente la soportarías si no tuvieras un amigo que sufriese por ti más que tu mismo (Marco Tulio Cicerón)
Lo mas seguro es dar de cada uno algo que defender (Georges Clemenceau)
La mujer pierde su virginidad cuando quiere y el hombre cuando puede (Enrique Jardiel Poncela)
Ningun vanidoso siente celos (Jacinto Benavente)
La mujer pierde su virginidad cuando quiere y el hombre cuando puede (Enrique Jardiel Poncela)
Solo vive el que sabe (Baltasar Gracián)