Como te decía, las grandes personas suelen ser una suma de grandes detalles. Y por esta regla yo había pensado que detrás de un gran escritor siempre hay una gran persona, hasta que conocí a Camilo José Cela. Entonces, estudiaba aunque ya no me acuerdo qué ni dónde, me di cuenta que no es obligatorio ni mucho menos. Es más llegué a la conclusión de que se puede ser tan gran escritor como mala persona. Y no voy a ser yo quien por despecho lo ponga todavía peor, pero no sé si sabes que por su larga carrera siempre ha corrido una larga sospecha de que no todo lo que se leía con su nombre había salido de su pluma.
Aún así, La Familia de Pascual Duarte, fue un libró de los que me impactó. Quizás a ello también contribuyó que hacía poco que había abandonado esa España profunda, donde se envenenan los pensamientos hasta contagiar el alma de cada uno. No sé porqué pero este libro siempre me recuerda a la tragedia de Puerto Urraco, aquella en que dos hermanos se liaron a tiros con los vecinos de su pueblo extremeño, después de que sus mujeres, no recuerdo si esposas o hermanas, les reclamaran continuamente un alarde de atributos para vengar una afrenta que sólo vivía en sus mentes enfermizas. La tragedia fue insoportable, pero para todos. Unos lloraban a sus seres queridos muertos, otros lo penaban en la cárcel bajo una extrema vigilancia para evitar suicidios, y las otras acabaron internadas de por vida un psiquiátrico donde las eludían como apestadas.
En ambos casos el origen está en esas mentes vacías y acosadas por la soledad. Se vuelven totalmente permeables. En pocos casos para lo bueno y casi siempre para lo malo. Primero es un resquemor mezclado con envidia, después es un odio intenso, y más tarde un veneno compulsivo que los envuelve de los pies a la cabeza. Su mente enferma y enfermiza se contagia de una esquizofrenia delirante que sólo se canaliza buscando a uno, o a muchos enemigos. En los dos casos el presunto enemigo lo único que hace es estar allí. Es suficiente. Si hace una cosa el enfermo espera otra, y si hace otra el esquizofrénico le reprocha que no haga la primera. Es igual. haga lo que haga, lo va a entender como una afrenta personal. Si todo ello se envuelve en un ambiente pernicioso y provocador, ese diálogo tan hábil como funesto que en el caso de Pascual ejercían su mujer y su suegra, se pierde cualquier atisbo de cordura y se clama venganza a los cuatro vientos. Los inductores son tan culpables como los ejecutores, pero ellos procuran quedarse a la sombra y el arrojo y la valentía que exigen a los demás suele ser en ellos una cobardía abominable. Buena parte de la violencia que sufrimos puede tener el mismo origen. Pero lo más grave es que la violencia futura también bebe en las mismas fuentes y actúa con los mismos criterios. Es como una bola de nieve. Comienza en un copo de noviembre y acaba en un muñeco de dos metros en febrero. Hay muchos que llevan su nieve hasta ese muñeco, pero lo hacen a escondidas, con nocturnidad, y con guantes para no enfriarse las manos... e incluso para no dejar presente sus huellas.
Lo peor de todo es que este libro sigue teniendo vigencia siempre, y todos los que lo aplican acaban envueltos en una voragine de violencia. Probablemente se podría evitar si desaparecieran los inductores y provocadores y esas manos enguantadas que ponen su granito de nieve. O mediante la conciencia colectiva de que hay un problema y que ese problema se debe enfrentar de forma racional, porque es la única en la que no pierdan todas las partes.
En cuanto a los libros, yo leo según mis estados de ánimo. Hay épocas que me paro mucho tiempo en la Segunda Guerra Mundial o en la Guerra Civil, dos temas que me gustan mucho. También me apasiona la creación del estado de Israel, sus orígenes en el Holocausto y sus consecuencias para los palestinos. Un libro muy bueno de este tema es el último de Julia Navarro " Dispara, ya estoy muerto".
Y acabo de leer dos que me parecen buenísimos, aunque aquí influye el que conozco personalmente a su escritora. Forman parte de una trilogía, a la que todavía le falta el tercero. Se llaman " El Guardián Invisible; y "Legado en los Huesos", de Dolores Redondo. Están basados en lugares reales del Valle del Baztán y ya hay gente que los compara con la trilogía " Millenium", sobre todo desde que el mismo director de los libros de Stieg Larson ha comprado los derechos de Dolores par rodar las películas,.
Muchas gracias por tus felicitaciones, pero lo que más me alegra es que tu madre se haya acordado. Besos.
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