Saludos una vez más a Pedrito, su hermana Vega, y Pili la del
bar, a quienes conocimos el
verano del 86 en un campamento que organizamos desde Errenteria, con chavales del
barrio, paralíticos cerebrales de Aspace, y jóvenes del Tutelar de Menores. En
Pedroso nos acogieron de maravilla. Tan bien que, ya nunca he olvidado a su gente.