Cada vivir ha de tener su espacio,
su dolor y su fiebre,
su ramo de congojas.
También su propio aire hecho a medida,
aunque a mares le sobre, porque encoge,
aunque a trozos le falte, si tallece.
Pero es la vestimenta que lo tapa
y la caricia fresca que lo aroma.
No debemos robar aires ajenos
ni pisarles la sombra que les duele, ... (ver texto completo)
su dolor y su fiebre,
su ramo de congojas.
También su propio aire hecho a medida,
aunque a mares le sobre, porque encoge,
aunque a trozos le falte, si tallece.
Pero es la vestimenta que lo tapa
y la caricia fresca que lo aroma.
No debemos robar aires ajenos
ni pisarles la sombra que les duele, ... (ver texto completo)